Carglass consigue que las autoridades irlandesas regulen el sector...y negocia con la Unión Europea para extenderlo a todo el continenete

Carglass ha dado un paso  en Irlanda que puede resultar decisivo de cara a la profesionalización del sector de la cristalería del automóvil a nivel europeo.

La multinacional inauguró ayer el primer centro europeo de formación de profesionales de la cristalería del automóvil. El ATA Autoglass Safety Training (Centro de entrenamiento para la seguridad del cristal del automóvil) puede resultar una paso decisivo para acabar con los malos profesionales y para que la profesión gane en crédito, rigor, calidad y seguridad en sus reparaciones e instalaciones.

Este centro, no como el que tiene en Bélgica, no es exclusivo para empelados de Carglass sino que busca acreditar a los profesionales del sector. Este proyecto se ha hecho de acuerdo a las autoridades irlandesas de Seguridad Vial. Precisamente el Director irlandés en esta materia fue quien inauguró el centro.

El ATA demuestra a los clientes que el técnico que se encarga de su reemplazo de parabrisas ha alcanzado los más altos niveles de competencia técnica y responsabilidad profesional en la reparación de lunas de vehículos. El proceso se controla de forma independiente por el ATA con la supervisión del Instituto de la Industria del Automóvil (IMI) que examina las pruebas de habilidades prácticas y los exámenes teóricos. Este certificado profesional debe ser renovado cada cinco años dada la evolución de la industria.

“La apertura de este centro es una apuesta de Carglass para diferenciarse de sus competidores y mostrar su compromiso con los mayores stándares de calidad y seguridad en el trabajo, aseguró Heiner Herz, director general de la empresa en Irlanda.

El director general de Carglass Irlanda  agregó que "Carglass ha desarrollado este centro de forma voluntaria y el proceso de ATA es un intento de introducir de forma proactiva un nivel adecuado de reparación de vehículos de vidrio y la certificación de la profesionalidad. En la actualidad, el sector no tiene apenas regulación y cualquier persona puede poner en marcha un negocio de montaje del parabrisas sin ningún tipo de cualificación ni normas. Esta es una situación potencialmente muy grave, ya que el parabrisas aguanta un 30% de la integridad estructural de un vehículo.