Los fraudes menosres de 500 euros ya no se dejan pasar y el gasto en detectives e investigación se ha convertido en clave
Las aseguradoras ya evitan dos de cada tres intentos de fraude
La necesidad económica agudiza el ingenio para la picaresca y defraudar a
las compañías de seguros se está convirtiendo en una práctica habitual entre
clientes, que apurados por los bajos ingresos, y sin miedo a ser pillados,
inventan siniestros o exageran algunos existentes. Las reclamaciones
fraudulentas detectadas por las compañías ascendieron a 521,4 millones de euros
el año pasado.
Gracias al "olfato" y laboriosas investigaciones, propias o
encargadas a detectives privados, redujeron la factura final a 157,1 millones y
ahorraron
364,28 millones, tras poner en evidencia la trampa. Son datos de
Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones
(ICEA) con los casos detectados -se escapan los siniestros que no despertaron
sospechas o era "antieconómico" constatar su irregularidad-.
Con la investigaciones, el seguro ha evitado de media 2.400 euros en
estafas en seguros de automóviles, 9.600 euros en siniestros de daños
personales o casi 13.000 euros en otros de vida, accidentes y salud.
Los casos aumentan un 71% desde 2008 y suben de 76.759 a 130.959 en los
últimos cuatro años. La dificultad para atajar algunos incidentes crece si el
taller hace la vista gorda o está conchabado con el cliente y, por ejemplo, pasa
reparaciones bajo un siniestro de daños anteriores al choque.
Entre las esfatas en automóviles, un 23 por ciento son en siniestros
simulados y el 27,8 por reparar daños anteriores a la colisión. En daños
personales, el 23 por ocultar dolencias al contratar la póliza.
La crisis y la falta de concienciación abona el terreno para que la
situación vaya a más, pese a las advertencias de las aseguradoras de que los
mayores costes en siniestros acaban perjudicando a todos porque encarecen el
precio medio de las pólizas.
El mejor inicio de su proliferación es que el fraude "low cost",
de coste inferior a los 500 euros, se ha triplicado en apenas dos años. Los
casos detectados suben de 10.826 a 32.506, y en autos de 5.545 a 18.993.
Las compañías hacían la vista gorda por cuestiones financieras: investigar
casos pequeños acarrea costes más gravosos que asumir sin discusiones el
siniestro. Pero su proliferación ha hecho saltar las alarmas porque muchos miles
ya es un coste importante.
La necesidad económica agudiza el ingenio para la picaresca y defraudar a las compañías de seguros se está convirtiendo en una práctica habitual entre clientes, que apurados por los bajos ingresos, y sin miedo a ser pillados, inventan siniestros o exageran algunos existentes. Las reclamaciones fraudulentas detectadas por las compañías ascendieron a 521,4 millones de euros el año pasado.
Gracias al "olfato" y laboriosas investigaciones, propias o
encargadas a detectives privados, redujeron la factura final a 157,1 millones y
ahorraron 364,28 millones, tras poner en evidencia la trampa. Son datos de
Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones
(ICEA) con los casos detectados -se escapan los siniestros que no despertaron
sospechas o era "antieconómico" constatar su irregularidad-.
Con la investigaciones, el seguro ha evitado de media 2.400 euros en estafas en seguros de automóviles, 9.600 euros en siniestros de daños personales o casi 13.000 euros en otros de vida, accidentes y salud.
Los casos aumentan un 71% desde 2008 y suben de 76.759 a 130.959 en los últimos cuatro años. La dificultad para atajar algunos incidentes crece si el taller hace la vista gorda o está conchabado con el cliente y, por ejemplo, pasa reparaciones bajo un siniestro de daños anteriores al choque.
Entre las esfatas en automóviles, un 23 por ciento son en siniestros simulados y el 27,8 por reparar daños anteriores a la colisión. En daños personales, el 23 por ocultar dolencias al contratar la póliza.
La crisis y la falta de concienciación abona el terreno para que la situación vaya a más, pese a las advertencias de las aseguradoras de que los mayores costes en siniestros acaban perjudicando a todos porque encarecen el precio medio de las pólizas.
El mejor inicio de su proliferación es que el fraude "low cost", de coste inferior a los 500 euros, se ha triplicado en apenas dos años. Los casos detectados suben de 10.826 a 32.506, y en autos de 5.545 a 18.993.
Las compañías hacían la vista gorda por cuestiones financieras: investigar casos pequeños acarrea costes más gravosos que asumir sin discusiones el siniestro. Pero su proliferación ha hecho saltar las alarmas porque muchos miles ya es un coste importante.
EL CRISTALERO LEGAL | Martes, 04 de Diciembre de 2012 a las 19:45:43 horas
UNA FORMA DE QUITAR EL FRAUDE DE LOS TINTADOS DE LUNAS POR PARTES DADOS POR LA LUNA ES QUE YA QUE EL CLIENTE DEL CRISTALERO ES LA C. SEGUROS PUES LOS SEGUROS QUE LES EXIGAN QUE NO TINTEN LUNAS, COMO CARGLASS QUE ES UN EJEMPLO A SEGUIR, YA VERIAN LOS SEGUROS QUIEN ES LEGAL O NO, CUANDO NO PUEDAN HACER PIRULAS Y SE DEDIQUEN A LO QUE TIENEN QUE DEDICARSE
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