El sector cree mayoritariamente que se están multiplicando las malas reparaciones de lunas

Cada vez nos llegan más casos de reparaciones de lunas de bajísima calidad que suponen un doble problema para los clientes y las compañías de seguros, ya que juegan con la seguridad y una posterior rotura pone en entredicho la eficacia de este servicio y lleva a una más costosa sustitución.

La reparación de lunas es algo más que inyectar resina en una grieta. Es necesaria una formación adecuada, al existir muchos tipos de rotura, y herramientas y resina de calidad.

En esto está completamente de acuerdo el sector, ya que en la encuesta que propusimos la semana pasada con la siguiente pregunta: ¿Crees que se están haciendo demasiados trabajos de mala calidad en reparación de lunas? La respuesta ha sido contundente, ya que el 80,6% de los participantes en la consulta creen que se están realizando demasiadas ‘chapuzas’.

Estas ‘chapuzas’ van en contra del prestigio de un servicio que debe tomarse con más seriedad y que puede estar en peligro si continúa sin ser más meticulosos con estos trabajos. En esta labor deberían aplicarse más los peritos, aunque primero deberían conocer mejor en qué se basan estos trabajos.