Los talleres independientes derivan ese servicio a los talleres concertados por ruinosos y se centran en parabrisas y tintados de lunas
El descendente, al concertado
El actual sistema de coste medio que tiene aprisionados a los talleres de redes de lunas concertados con las aseguradoras ha generado una espiral muy peligrosa que está llevando a un cambio en las tendencias de trabajo de los profesionales de cristalería del automóvil.
![[Img #13659]](upload/img/periodico/img_13659.png)
El primer gran problema es el hecho de que los talleres rechacen los reemplazos de parabrisas caros para evitar que suba el coste medio y que deriven a esos clientes a concesionarios, talleres de chapa o cristaleros independientes. Sin embargo, hay una segunda tendencia que se está multiplicando y es la 'negación' cada vez más habitual de muchos talleres independientes a realizar descendentes.
Poco margen
El trabajo de ventanillas laterales es farragoso, largo y deja muy poco margen. Por eso, los independientes prefieren derivar esos trabajos a los talleres concertados
a través de técnicas tan simples y efectivas como la posibilidad de tener que esperar varios días para recibir el recambio en cuestión.
A los talleres independientes, y más con la llegada del calor, les interesa mucho más tener libre a sus técnicos para realizar, por ejemplo, un tintado de lunas que puede dejar 80 euros en una hora, que un descendente que deja apenas 20 y a veces menos.
Ese descendente que es un incordio para el independiente, se convierte en un comodín para el taller de red concertado en aras de reducir su coste medio y acercarse al que tiene pactado con la aseguradora.
"Esta situación es vergonzosa, desechamos sustituciones de 500 euros y a cambio nos envían descendentes ruinosos", asegura un cristalero madrileño.
El actual sistema de coste medio que tiene aprisionados a los talleres de redes de lunas concertados con las aseguradoras ha generado una espiral muy peligrosa que está llevando a un cambio en las tendencias de trabajo de los profesionales de cristalería del automóvil.
![[Img #13659]](upload/img/periodico/img_13659.png)
El primer gran problema es el hecho de que los talleres rechacen los reemplazos de parabrisas caros para evitar que suba el coste medio y que deriven a esos clientes a concesionarios, talleres de chapa o cristaleros independientes. Sin embargo, hay una segunda tendencia que se está multiplicando y es la 'negación' cada vez más habitual de muchos talleres independientes a realizar descendentes.
Poco margen
El trabajo de ventanillas laterales es farragoso, largo y deja muy poco margen. Por eso, los independientes prefieren derivar esos trabajos a los talleres concertados
a través de técnicas tan simples y efectivas como la posibilidad de tener que esperar varios días para recibir el recambio en cuestión.
A los talleres independientes, y más con la llegada del calor, les interesa mucho más tener libre a sus técnicos para realizar, por ejemplo, un tintado de lunas que puede dejar 80 euros en una hora, que un descendente que deja apenas 20 y a veces menos.
Ese descendente que es un incordio para el independiente, se convierte en un comodín para el taller de red concertado en aras de reducir su coste medio y acercarse al que tiene pactado con la aseguradora.
"Esta situación es vergonzosa, desechamos sustituciones de 500 euros y a cambio nos envían descendentes ruinosos", asegura un cristalero madrileño.












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