Carglass abre más la herida de Glassdrive con la compra del centro de León

Los hechos son contundentes. Glassdrive sigue perdiendo centros de referencia, de esos que servían de cimiento de la red por su importante situación geográfica, su imagen impoluta ante clientes y aseguradoras y la experiencia acumulada por sus propietarios. Todo comenzó con la perdida de cinco centros en Cataluña que suponían la columna vertebral de Glassdrive en esa comunidad autónoma y la sangría no parece tener freno.

El último caso de huida deliberada del proyecto se ha producido en León. El centro de la red francesa en la capital de la provincia ha caído en manos de Carglass, que ante la 'depresión' generalizada de numerosos cristaleros de la red gala está aprovechando para llamar a la puerta de esos empresarios y está recibiendo una respuesta positiva.

Muchos talleres ya han negociado con la competencia

Hace menos de un mes Carglass incorporó el centro Glassdrive en Cuenca y esta semana se ha cerrado la adquisición del taller de León, que ha decidido abandonar a toda velocidad el proyecto que lidera Carlos Otero. 

Esta compra es un auténtico acierto por parte de Carglass, ya que se trata de un taller amplio situado en una zona estratégica de intenso tráfico en la ciudad. Su inclusión en la red fortalece su posición en esa zona de España y debilita a su competencia, que deberá buscar una alternativa.

Esta noticia se produce a sólo tres semanas de que se haga público el contrato de renovación para los talleres franquiciados y participados. Las dudas son generalizadas y se espera con ansiedad ese documento. Mientras tanto, la competencia de Glassdrive espera agazapada las consecuencias que pueda tener un más que posible endurecimiento de las condiciones de continuidad que ponga sobre la mesa Saint Gobain.

A partir de ahí pueden tomar cuerpo en forma de salidas de la red las negociaciones que han mantenido en los últimos meses numerosos talleres con empresas rivales.