Carglass da una lección de profesionalidad en el "Caso Renault Megane Cabriolet"

Carglass ha dado una lección de profesionalidad en el “Caso Renault Megane Cabriolet”. La empresa de reparación y sustitución ha detectado un problema serio de seguridad y ha dado la voz de alarma.

Carglass no era la culpable de esta situación sino una “víctima” de la falta de comunicación por parte del fabricante. Renault mandó una carta a los propietarios de este modelo señalando el problema pero se les olvidó lo más importante: avisar a quien tenía que reparar ese problema. Lo sabían los propietarios pero si a un usuario le cuesta saber dénde está el tubo de escape, las grapas azules, verdes o blancas le suenan a chino.

Si Carglass y el resto de profesionales de la reparación y sustitución no sabían que existía eses problema era imposible que lo pudieran resolver. Los procedimientos y los materiales eran los correctos…hasta que se produjeron una serie de accidentes por esas grapas defectuosas. 

El mérito de Carglass está en haberlo detectado, habérselo comunicado a los propietarios de estos vehículos que habían pasado por sus talleres y haber hecho pública la noticia a pesar de haber sido señalada como culpable cuando era la solución al problema y evitar así males mayores.

Este conocimiento del problema y su manejo son un acierto total de Carglass, que ha conseguido detectar un problema de seguridad que podría haber sido muy grave y que tiene un buen final. Actuaciones de este calado permiten aumentar la credibilidad del sector en un mundo que señala al mundo del taller con poco fundamento de no ser de fiar. Más de un propietario de un Renault Megane Cabrio pensara de otra manera cuando a 150 por hora piense en lo que podía haber pasado si no se hubiera detectado y estudiado el caso.