Aumenta el nerviosismo en muchos talleres ante los impagos continuados en el tiempo
Los "indignados" de la cristalería
Para ser un indignado en este país no hace falta
estar acampado en la Puerta del Sol. En todos los sectores hay gente
indignada, empresarios y trabajadores que están perdiendo los nervios
ante situaciones que comprometen seriamente la supervivencia de negocios
con muchos años de trabajo duro y enorme profesionalidad.
Esto es lo que está pasando en el sector de la
cristalería del automóvil. 2010 fue un año duro pero este primer
semestre de 2011 ha sobrepasado con creces esa dureza y se acerca a la
pérdida de nervios ante situaciones insostenibles. El pasado año
llegaban a nuestra redacción múltiples cartas y comentarios en los que
nos exponían su malestar por situaciones de impago, falta de
trabajo,
retirada de vehículos por parte de aseguradoras por falta de conciertos
pero en 2011 esta situación se ha multiplicado.
Hemos llamado a muchos talleres de toda clase y
condición y hemos captado ese nerviosismo y malestar. Nadie quiere dar
la cara, hay miedo a represalias y nadie quiere ser el cabeza de turco
en el caso de denunciar una situación continuada de impagos por parte de
la matriz de la empresa. Nos hemos encontrado con talleres que nos
aseguran que llevan hasta 10 meses sin recibir cantidades altas para
negocios pequeños, cantidades que han hecho que se despida a personal y
que ha obligado a encargados de la gestión del taller a duplicar su
trabajo entre la oficina y la sustitución y reparación de lunas.
Profesionales que nos dicen que hasta que no les paguen no podrán
hablar, que no se fían, que no ven claro recibir su dinero . Todo el
mundo que trabaja merece que le paguen por ese trabajo y esfuerzo y eso
desespera cuando se alarga en el tiempo.
Desde Infoluna hemos llamado a todos los actores de
este sector, desde talleres independientes a importantes redes y la
situación es desesperada en muchos casos. Hay talleres que multiplican
sus llamadas para salvar la cabeza formando parte de alguna de esas
redes que ven con futuro. Las oficinas de muchas compañías manejan
multitud de emails y llamadas de talleres que solicitan entrar en su red
de centros. ¿Solución?, que esos talleres que exijen lo que les
corresponde se unan y no sea un goteo de quejas sino una queja conjunta.
Si hay un mismo objetivo debería haber una unión de intereses. La unión
hace la fuerza y la dispersión debilita.
Para ser un indignado en este país no hace falta estar acampado en la Puerta del Sol. En todos los sectores hay gente indignada, empresarios y trabajadores que están perdiendo los nervios ante situaciones que comprometen seriamente la supervivencia de negocios con muchos años de trabajo duro y enorme profesionalidad.
Esto es lo que está pasando en el sector de la
cristalería del automóvil. 2010 fue un año duro pero este primer
semestre de 2011 ha sobrepasado con creces esa dureza y se acerca a la
pérdida de nervios ante situaciones insostenibles. El pasado año
llegaban a nuestra redacción múltiples cartas y comentarios en los que
nos exponían su malestar por situaciones de impago, falta de trabajo,
retirada de vehículos por parte de aseguradoras por falta de conciertos
pero en 2011 esta situación se ha multiplicado.
Hemos llamado a muchos talleres de toda clase y condición y hemos captado ese nerviosismo y malestar. Nadie quiere dar la cara, hay miedo a represalias y nadie quiere ser el cabeza de turco en el caso de denunciar una situación continuada de impagos por parte de la matriz de la empresa. Nos hemos encontrado con talleres que nos aseguran que llevan hasta 10 meses sin recibir cantidades altas para negocios pequeños, cantidades que han hecho que se despida a personal y que ha obligado a encargados de la gestión del taller a duplicar su trabajo entre la oficina y la sustitución y reparación de lunas. Profesionales que nos dicen que hasta que no les paguen no podrán hablar, que no se fían, que no ven claro recibir su dinero . Todo el mundo que trabaja merece que le paguen por ese trabajo y esfuerzo y eso desespera cuando se alarga en el tiempo.
Desde Infoluna hemos llamado a todos los actores de este sector, desde talleres independientes a importantes redes y la situación es desesperada en muchos casos. Hay talleres que multiplican sus llamadas para salvar la cabeza formando parte de alguna de esas redes que ven con futuro. Las oficinas de muchas compañías manejan multitud de emails y llamadas de talleres que solicitan entrar en su red de centros. ¿Solución?, que esos talleres que exijen lo que les corresponde se unan y no sea un goteo de quejas sino una queja conjunta. Si hay un mismo objetivo debería haber una unión de intereses. La unión hace la fuerza y la dispersión debilita.
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