EL OJO DE CRISTAL
Las Chapuzas de concesionarios y chapa y pintura hacen más necesaria la formación y profesionalidad
Hay una fina línea que separa un mal trabajo de una soberana
chapuza en la sustitución y reparación de lunas. El caso que nos manda un
taller especialista no es que rebase esa fina línea sino que la supera por tres
pueblos.
Un mal trabajo es la suma de varios factores como puede ser
no utilizar un buen vidrio, un mal adhesivo o una buena herramienta y que
aunque quede más o menos bien la reparación o sustitución no supone un grave
perjuicio para el usuario, al menos a simple vista.
Una chapuza es sustituir una luna sin tener la menor idea,
sin saber cómo sellarla, sin esperar los tiempos necesarias para ese sellado,
sin saber ajustar la luna o utilizando una que no encaja de ninguna manera. Una
chapuza es lo que os presentamos hoy porque el usuario ve comprometida su
seguridad y comodidad. Su seguridad porque con ese sellado en cualquier
accidente el conductor o acompañantes pueden salir disparados hacia fuera del
vehículo porque la luna no está bien integrada y comodidad porque entra agua
cuando llueve, entra frío o calor y arruina la calefacción o aire acondicionado
e inunda de ruido el habitáculo.
Chapuzas como estas demuestran que poner lunas no es una
tarea tan fácil como airean a los cuatro vientos algunos talleres, que la
formación es vital, que hay que saber hacer las cosas y profundizar en el
conocimiento de las diferentes lunas que equipan los vehículos, saber
encajarlas, saber sellarlas, saber si se puede arruinar la tecnología de esa
luna (sensores etc…).
Casos como este son un buen ejemplo de la importancia de
aprender a poner lunas y aprender a repararlas, apostar por calidad de
materiales y herramientas y diferenciar a las chapuceros de los verdaderos
profesionales del sector.
Si siguen apareciendo estas chapuzas se sucederán las quejas
de asegurados y las compañías no están en estos momentos para recibir quejas y
perder asegurados.
Hay una fina línea que separa un mal trabajo de una soberana chapuza en la sustitución y reparación de lunas. El caso que nos manda un taller especialista no es que rebase esa fina línea sino que la supera por tres pueblos.
Un mal trabajo es la suma de varios factores como puede ser no utilizar un buen vidrio, un mal adhesivo o una buena herramienta y que aunque quede más o menos bien la reparación o sustitución no supone un grave perjuicio para el usuario, al menos a simple vista.
Una chapuza es sustituir una luna sin tener la menor idea, sin saber cómo sellarla, sin esperar los tiempos necesarias para ese sellado, sin saber ajustar la luna o utilizando una que no encaja de ninguna manera. Una chapuza es lo que os presentamos hoy porque el usuario ve comprometida su seguridad y comodidad. Su seguridad porque con ese sellado en cualquier accidente el conductor o acompañantes pueden salir disparados hacia fuera del vehículo porque la luna no está bien integrada y comodidad porque entra agua cuando llueve, entra frío o calor y arruina la calefacción o aire acondicionado e inunda de ruido el habitáculo.
Chapuzas como estas demuestran que poner lunas no es una tarea tan fácil como airean a los cuatro vientos algunos talleres, que la formación es vital, que hay que saber hacer las cosas y profundizar en el conocimiento de las diferentes lunas que equipan los vehículos, saber encajarlas, saber sellarlas, saber si se puede arruinar la tecnología de esa luna (sensores etc…).
Casos como este son un buen ejemplo de la importancia de aprender a poner lunas y aprender a repararlas, apostar por calidad de materiales y herramientas y diferenciar a las chapuceros de los verdaderos profesionales del sector.
Si siguen apareciendo estas chapuzas se sucederán las quejas de asegurados y las compañías no están en estos momentos para recibir quejas y perder asegurados.
basta ya!!! | Viernes, 10 de Febrero de 2012 a las 13:38:51 horas
Regularizacion ya!!!!! lunas = luneros. chapa=chaperos
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