Las escasas ventas y reparaciones y la escasa financiación le han "asfixiado"
Cierra uno de los mayores concesionarios de Citroën en A Coruña tras 44 años de servicio
Una de las empresas de
automoción con mayor solera de A Coruña, Luis Rodríguez Amado, cerrará de forma
definitiva sus puertas el próximo lunes después de 44 años como concesionario
de la firma Citroën. La medida, que deja en la calle a 25 trabajadores, está
justificada por la brusca caída de las ventas en los últimos años y por las
dificultades para la financiación impuestas por la banca, que han
"asfixiado" a la sociedad, según manifestó ayer su gerente, Luis
Rodríguez Ares, quien confía en que la alta cualificación profesional de los
empleados les permita encontrar una nueva ocupación en un breve plazo.
La empresa entró en
concurso de acreedores -la antigua suspensión de pagos- el pasado verano con el
fin de superar sus problemas económicos, pero la aguda crisis que padece el
sector del automóvil le ha hecho imposible alcanzar ese objetivo. "Hemos luchado
hasta el final", explicó Rodríguez Ares, quien destacó que poco antes del
inicio de la crisis habían realizado cuantiosas inversiones para mejorar sus
instalaciones, que ocupan 9.000 metros cuadrados en el cruce de la avenida del
General Sanjurjo y de la ronda de Outeiro y que ahora se pondrán a la venta.
La empresa redujo
recientemente su personal en diez empleados mediante jubilaciones anticipadas,
pero ni con esta iniciativa pudo hacer frente al fuerte desplome de las ventas,
que pasaron de una media mensual de 70 vehículos en los tiempos de bonanza a
tan solo ocho en la actualidad. Rodríguez Ares señala que Citroën posee seis
concesionarios y 34 talleres de reparación oficiales en la provincia coruñesa,
una red que se considera excesiva para el volumen de negocio actual, al igual
que sucede con el resto de fabricantes de automóviles, por lo que vaticina que
habrá dificultades para los negocios de este sector en los próximos meses que
se traducirán en cierres.
El concesionario de
General Sanjurjo es uno de los edificios comerciales más populares de la
ciudad, tanto por su antigüedad en el sector del automóvil como por su
ubicación estratégica. Fue abierto por Luis Rodríguez Amado en 1964 como
estación de servicio para el lavado y engrase de camiones, por lo que prestó
servicio a los que trabajaron en el relleno de San Diego, las obras de
construcción de la refinería y el transporte de pescado a Madrid.
El empresario había
contado previamente con un taller de electricidad del automóvil en Linares
Rivas, donde en 1958 comenzaron además a venderse los primeros todoterreno Land
Rover que llegaron a A Coruña. En 1966, la firma empezó a comercializar en
General Sanjurjo los vehículos de Citroën, cuya representación mantenía hasta
el momento en paralelo al taller de reparación.
Una de las empresas de automoción con mayor solera de A Coruña, Luis Rodríguez Amado, cerrará de forma definitiva sus puertas el próximo lunes después de 44 años como concesionario de la firma Citroën. La medida, que deja en la calle a 25 trabajadores, está justificada por la brusca caída de las ventas en los últimos años y por las dificultades para la financiación impuestas por la banca, que han "asfixiado" a la sociedad, según manifestó ayer su gerente, Luis Rodríguez Ares, quien confía en que la alta cualificación profesional de los empleados les permita encontrar una nueva ocupación en un breve plazo.
La empresa entró en
concurso de acreedores -la antigua suspensión de pagos- el pasado verano con el
fin de superar sus problemas económicos, pero la aguda crisis que padece el
sector del automóvil le ha hecho imposible alcanzar ese objetivo. "Hemos luchado
hasta el final", explicó Rodríguez Ares, quien destacó que poco antes del
inicio de la crisis habían realizado cuantiosas inversiones para mejorar sus
instalaciones, que ocupan 9.000 metros cuadrados en el cruce de la avenida del
General Sanjurjo y de la ronda de Outeiro y que ahora se pondrán a la venta.
La empresa redujo
recientemente su personal en diez empleados mediante jubilaciones anticipadas,
pero ni con esta iniciativa pudo hacer frente al fuerte desplome de las ventas,
que pasaron de una media mensual de 70 vehículos en los tiempos de bonanza a
tan solo ocho en la actualidad. Rodríguez Ares señala que Citroën posee seis
concesionarios y 34 talleres de reparación oficiales en la provincia coruñesa,
una red que se considera excesiva para el volumen de negocio actual, al igual
que sucede con el resto de fabricantes de automóviles, por lo que vaticina que
habrá dificultades para los negocios de este sector en los próximos meses que
se traducirán en cierres.
El concesionario de
General Sanjurjo es uno de los edificios comerciales más populares de la
ciudad, tanto por su antigüedad en el sector del automóvil como por su
ubicación estratégica. Fue abierto por Luis Rodríguez Amado en 1964 como
estación de servicio para el lavado y engrase de camiones, por lo que prestó
servicio a los que trabajaron en el relleno de San Diego, las obras de
construcción de la refinería y el transporte de pescado a Madrid.
El empresario había
contado previamente con un taller de electricidad del automóvil en Linares
Rivas, donde en 1958 comenzaron además a venderse los primeros todoterreno Land
Rover que llegaron a A Coruña. En 1966, la firma empezó a comercializar en
General Sanjurjo los vehículos de Citroën, cuya representación mantenía hasta
el momento en paralelo al taller de reparación.













kiko | Viernes, 13 de Abril de 2012 a las 17:09:46 horas
Es triste que empresas de este sector,despues de tantos años prestando sus servicios,se vean obligadas a cerrar.44 años luchando por tu negocio es una batalla muy larga para acabar asi.Eso duele y mucho.
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