El encierro de los trabajadores de Llodio acaba hoy tras dos semanas en las que sólo se ha conseguido "la enésima mentira de la empresa"

Los trabajadores de la planta de Guardian en Llodio que llevaban casi dos semanas encerrados en la fábrica decidieron ayer poner el punto y final a esta medida de presión a lo largo del día de hoy (12.00), quedando en evidencia la nula incidencia que este encierro ha tenido en el proceso negociador. Por este motivo, representantes sindicales anunciaron nuevas medidas de protesta en los próximos días, para lo cual exigieron la presencia del mayor número de trabajadores en la calle. Concretamente, la nota remitida ayer a los medios de comunicación advertía que "en la dureza de un conflicto de estas características, se hacen más necesarias que nunca las fuerzas de todos los miembros en la calle en las diferentes movilizaciones que se van a seguir programando". Actuaciones que ayer no quiso adelantar el comité de empresa.

Coincidiendo la jornada de hoy con el cumplimiento de la segunda semana desde que un grupo de trabajadores se encerrara en la factoría de Llodio para exigir el "reinicio" de las conversaciones, la situación apenas ha variado desde la última postura oficial de la dirección, que exigía el despido de 120 operarios para garantizar la supervivencia de la planta alavesa, e incluso amenazaba de forma velada con la presentación de un ERE de extinción del que aún no se tienen noticias.

La postura sindical, sin embargo, continúa apelando a la necesidad de sentarse a negociar en pro de un convenio "justo y digno" que mantenga todos los puestos de trabajo en la fábrica alavesa. A lo largo de los 14 días de encierro, valoró ayer el comité, la empresa ha llevado a cabo su "enésima mentira", ya que prometió, según la versión sindical, una nueva oferta "por escrito" de la que tampoco aún se sabe nada.

CHANTAJE Y AMENAZA En vista de esta actitud y de la aparente inutilidad de un encierro que sólo estaba provocando más tensión entre la plantilla, la nota remitida ayer se felicitaba al menos por haber sido capaz de demostrar la "nula voluntad negociadora de esta dirección, que sólo entiende el chantaje y la amenaza".