Se multiplican los talleres que combinan su labor con la de agentes o corredores de seguros

Hace unos días publicábamos un interesante artículo de Alain Puyó, corredor de seguros madrileño, que se asombraba por la permisividad de las compañías de seguros con muchos talleres a los que permite trabajar como agentes o corredores a la vez que solucionan los siniestros de los asegurados.

Su frase no deja lugar a dudas: “Las compañías que le abren código a un taller es invitarle al fraude organizado”. Desde INFOLUNA hemos comenzado a investigar si el caso que denuncia este corredor es una excepción a la regla o se está convirtiendo en algo cotidiano y nos ha sorprendido la proliferación de talleres que funcionan como correduría al mismo tiempo haciendo pólizas y asignándose a sí mismo el trabajo en caso de siniestro.

Estos talleres se aprovechan de la ligereza en el control de las compañías, ya que asignarles este código permite que se planteen muchas dudas sobre la resolución de un siniestro de chapa o lunas.