El fabricante de primer equipo utiliza el mismo material y tecnología para el recambio original qe llega a los talleres
Los fabricantes de vehículos renuevan su apuesta por Pilkington para acercarse a la perfección en sus vidrios para el automóvil
![[Img #5716]](upload/img/periodico/img_5716.jpg)
En la fabricación de lunas hay diferentes escalas de
fabricantes. En la cúspide de la pirámide están aquellos que son elegidos por
los fabricantes de vehículos por su elevado nivel tecnológico y su altísima
exigencia en cuanto a
estándares de calidad y capacidad de desarrollo de nuevas
tecnologías.
Son muy pocos los fabricantes elegidos y es por la
incapacidad de muchos
para alcanzar los desafíos tecnológicos que proponen los
fabricantes de vehículos. Fabricar o no
fabricar para una marca de vehículos supone una diferencia muy grande. Es lo
que ocurre con Pilkington, líder mundial de fabricación de acristalado para
vehículos.
La mayor diferencia es que los fabricantes exigen la
perfección, no se permite ni un fallo ya que el prestigio de la marca pasa por
conseguir un producto lo más cercano a la perfección, ya que la marca se
presenta al público con un producto sin fallos ya sea en carrocería, motor o
lunas.
Ante el cliente que compra el vehículo no cabe que la
luna Pilkington sea defectuosa o no cumpla su función eficazmente sino que la
luna de esa marca de vehículos es mala.
Esta exigencia obliga a elevar el nivel de a
nálisis y búsqueda de
fallos.
Pilkington afronta
numerosos puntos de análisis en sus productos de vidrio. Este test de calidad
se ha ido endureciendo en los últimos tiempos debido a la cada vez mayor
exigencia del cliente que es el fabricante de vehículos. A diferencia de Pilkington, un fabricante de
recambios sin contratos con fabricantes d
e vehículos sólo tiene un control
interno pero carece de la rigurosidad de un fabricante de primer equipo
original, ya que el único control que va a tener es el de los Reglamentos de
Seguridad (por ejemplo el Reglamento R43 de aplicación de acristalado de
vehículos) condición necesaria para su comercialización y que se basa en
criterios muy básicos respecto a los utilizados por los fabricantes de primer
equipo original, ya que se basan únicamente en criterios de seguridad mínimos
que no han variado
sustancialmente en los últimos 40 años y que está siendo muy
criticada por su escaso nivel de exigencia desde hace años por los fabricantes
de vehículos ya que no se analizan en profundidad la montabilidad,
funcionalidad y confort de los vidrios.
En la actualidad el diseño de los vidrios se realiza con
instrumentos de Control numérico (CAD/CAM) y se simulan por ordenador las características
dimensionales y funcionales (comp
ortamiento óptico, dimensional, resistencia
mecánica en el uso, etc.) que garantizan un diseño perfectamente acoplado con
el uso final. En las primeras fases de industrialización, se fabrican calibres
con técnicas de control numérico (CAD/CAM) que permiten la medida
tridimensional de los productos y por tanto permiten asegurar la estabilidad de
los procesos de fabricación.
En la fabricación de lunas hay diferentes escalas de
fabricantes. En la cúspide de la pirámide están aquellos que son elegidos por
los fabricantes de vehículos por su elevado nivel tecnológico y su altísima
exigencia en cuanto a estándares de calidad y capacidad de desarrollo de nuevas
tecnologías.
Son muy pocos los fabricantes elegidos y es por la
incapacidad de muchos para alcanzar los desafíos tecnológicos que proponen los
fabricantes de vehículos. Fabricar o no
fabricar para una marca de vehículos supone una diferencia muy grande. Es lo
que ocurre con Pilkington, líder mundial de fabricación de acristalado para
vehículos.
La mayor diferencia es que los fabricantes exigen la perfección, no se permite ni un fallo ya que el prestigio de la marca pasa por conseguir un producto lo más cercano a la perfección, ya que la marca se presenta al público con un producto sin fallos ya sea en carrocería, motor o lunas.
Ante el cliente que compra el vehículo no cabe que la
luna Pilkington sea defectuosa o no cumpla su función eficazmente sino que la
luna de esa marca de vehículos es mala.
Esta exigencia obliga a elevar el nivel de análisis y búsqueda de
fallos.
Pilkington afronta
numerosos puntos de análisis en sus productos de vidrio. Este test de calidad
se ha ido endureciendo en los últimos tiempos debido a la cada vez mayor
exigencia del cliente que es el fabricante de vehículos. A diferencia de Pilkington, un fabricante de
recambios sin contratos con fabricantes de vehículos sólo tiene un control
interno pero carece de la rigurosidad de un fabricante de primer equipo
original, ya que el único control que va a tener es el de los Reglamentos de
Seguridad (por ejemplo el Reglamento R43 de aplicación de acristalado de
vehículos) condición necesaria para su comercialización y que se basa en
criterios muy básicos respecto a los utilizados por los fabricantes de primer
equipo original, ya que se basan únicamente en criterios de seguridad mínimos
que no han variado
sustancialmente en los últimos 40 años y que está siendo muy
criticada por su escaso nivel de exigencia desde hace años por los fabricantes
de vehículos ya que no se analizan en profundidad la montabilidad,
funcionalidad y confort de los vidrios.
En la actualidad el diseño de los vidrios se realiza con
instrumentos de Control numérico (CAD/CAM) y se simulan por ordenador las características
dimensionales y funcionales (comportamiento óptico, dimensional, resistencia
mecánica en el uso, etc.) que garantizan un diseño perfectamente acoplado con
el uso final. En las primeras fases de industrialización, se fabrican calibres
con técnicas de control numérico (CAD/CAM) que permiten la medida
tridimensional de los productos y por tanto permiten asegurar la estabilidad de
los procesos de fabricación.
TITI | Lunes, 25 de Febrero de 2013 a las 16:13:21 horas
Cierto es que la calidad y el acabado de lunas Pinkington estan a años luz de otros fabricantes como Guardian o Norglass, pero su precio para los recambistas, tambien esta a años luz... Tienen una calidad que los recambistas de talleres concertados no nos podemos permitir por su precio y el escaso margen con el que trabajamos.
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