Nuevas ideas `para conseguir trabajo
Un taller pinta gratis el coche a parados si traen a otro cliente ¿podría pasar en las lunas?
Un taller vallisoletano, Qasas Armesto, acaba
de lanzar una singular promoción: pintará el coche a parados y jubilados que
acrediten su condición, siempre que junto a ellos un familiar o amigo haga lo
propio con su vehículo, que deberá colorear íntegramente. El coste para quien
paga, dependiendo del modelo y tamaño, supone entre 1.500 y 3.000 euros.
Es, por tanto, una idea
sugerente de Óscar, el propietario de este espacio en el que se trabaja chapa,
pintura, mecánica y electricidad desde hace diez años, que charlando con su
hijo Ferás -estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones- y un amigo de éste
creyeron que podía ser una buena noticia para mucha gente, como los jóvenes,
además de para este negocio.
De hecho, afirma, «no
tendré problema en contratar a más gente o en alquilar naves para dar abasto
con este proyecto». Y es que, en sus cajones guarda decenas de currícula de
personas que, pese a la experiencia acumulada, están en paro.
![[Img #6435]](upload/img/periodico/img_6435.jpg)
“Pones un anuncio y se
presentan cuarenta personas en el momento”, asegura, un hecho que justifica en
que “no hay dinero”.
Reclama apoyo al
colectivo de los autónomos. «Luchamos mucho y no tenemos derechos», lamenta
Óscar, quien señala que «aunque tengas gripe, has de seguir viniendo al
trabajo». Y es que, la crisis afecta a todos de una manera u otra. En su caso,
reconoce que reparaba coches de alquiler, pero esto varió y ha tenido que
asumir encargos de compañías. Con casi 40 años de experiencia en el sector
considera que éste «ha bajado mucho». No obstante, él ha seguido innovando en
su trabajo -tiene perfiles en facebook (qasasarmesto) y twitter
(@tqasasarmesto)- y, por ejemplo, su taller ofrece lo que grandes franquicias:
un coche de sustitución al cliente que lo reclama.
No se queja: “gracias a
Dios tengo trabajo, porque tenemos muchos amigos, clientes fieles”. Algo que se
puede justificar en que normalmente, en cada reparación, Óscar aplica “siempre”
un 20% de descuento sobre el precio inicial desde que la situación económica se
complicó y la gente se piensa más llevar el coche a reparar. “Esto hay que
evitarlo, porque nos jugamos además de seguridad más dinero del que
inicialmente se pueda gastar”, advierte. Óscar asegura “no cobramos la
franquicia”.
Asimismo, por la pintura
de una primera pieza (por ejemplo, una puerta entera) se pagan siempre 99 euros,
frente a lo que puede suponer en otros talleres, afirma, donde la media está
entre 200 y 300 euros. Un golpe fuerte puede suponer un desembolso de 129
euros, cuando en otros lugares se cobra unos 500 euros, asegura. Para quienes
acercan su vehículo para cambiar filtros y aceites (entre 60 y 90 euros), no se
recauda la revisión, que en la casa puede suponer un gasto importante, asegura.
Los jóvenes, muy
presentes
“Estas ideas sirven para
apoyar a los jóvenes, por ejemplo, que hace cuatro años venían mucho más a
menudo por aquí, pero a los que la crisis ha tocado especialmente”, apunta.
Precisamente a ese colectivo juvenil muestra todos los años Óscar cómo se
trabaja, porque recibe a dos o tres alumnos del Centro Educativo Cristo Rey.
Un taller vallisoletano, Qasas Armesto, acaba de lanzar una singular promoción: pintará el coche a parados y jubilados que acrediten su condición, siempre que junto a ellos un familiar o amigo haga lo propio con su vehículo, que deberá colorear íntegramente. El coste para quien paga, dependiendo del modelo y tamaño, supone entre 1.500 y 3.000 euros.
Es, por tanto, una idea sugerente de Óscar, el propietario de este espacio en el que se trabaja chapa, pintura, mecánica y electricidad desde hace diez años, que charlando con su hijo Ferás -estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones- y un amigo de éste creyeron que podía ser una buena noticia para mucha gente, como los jóvenes, además de para este negocio.
De hecho, afirma, «no tendré problema en contratar a más gente o en alquilar naves para dar abasto con este proyecto». Y es que, en sus cajones guarda decenas de currícula de personas que, pese a la experiencia acumulada, están en paro.
“Pones un anuncio y se presentan cuarenta personas en el momento”, asegura, un hecho que justifica en que “no hay dinero”.
Reclama apoyo al colectivo de los autónomos. «Luchamos mucho y no tenemos derechos», lamenta Óscar, quien señala que «aunque tengas gripe, has de seguir viniendo al trabajo». Y es que, la crisis afecta a todos de una manera u otra. En su caso, reconoce que reparaba coches de alquiler, pero esto varió y ha tenido que asumir encargos de compañías. Con casi 40 años de experiencia en el sector considera que éste «ha bajado mucho». No obstante, él ha seguido innovando en su trabajo -tiene perfiles en facebook (qasasarmesto) y twitter (@tqasasarmesto)- y, por ejemplo, su taller ofrece lo que grandes franquicias: un coche de sustitución al cliente que lo reclama.
No se queja: “gracias a Dios tengo trabajo, porque tenemos muchos amigos, clientes fieles”. Algo que se puede justificar en que normalmente, en cada reparación, Óscar aplica “siempre” un 20% de descuento sobre el precio inicial desde que la situación económica se complicó y la gente se piensa más llevar el coche a reparar. “Esto hay que evitarlo, porque nos jugamos además de seguridad más dinero del que inicialmente se pueda gastar”, advierte. Óscar asegura “no cobramos la franquicia”.
Asimismo, por la pintura de una primera pieza (por ejemplo, una puerta entera) se pagan siempre 99 euros, frente a lo que puede suponer en otros talleres, afirma, donde la media está entre 200 y 300 euros. Un golpe fuerte puede suponer un desembolso de 129 euros, cuando en otros lugares se cobra unos 500 euros, asegura. Para quienes acercan su vehículo para cambiar filtros y aceites (entre 60 y 90 euros), no se recauda la revisión, que en la casa puede suponer un gasto importante, asegura.
Los jóvenes, muy presentes
“Estas ideas sirven para apoyar a los jóvenes, por ejemplo, que hace cuatro años venían mucho más a menudo por aquí, pero a los que la crisis ha tocado especialmente”, apunta. Precisamente a ese colectivo juvenil muestra todos los años Óscar cómo se trabaja, porque recibe a dos o tres alumnos del Centro Educativo Cristo Rey.
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