Maquinaria de precisión y analistas expertos en la búsqueda de fallos garantizan la máxima calidad
INFOLUNA descubre en la fábrica Pilkington de Sagunto los estrictos controles de calidad de producto que exigen los fabricantes de vehículos para conseguir parabrisas sin margen de error
Sin margen de error. Esta es la premisa con la que se
trabaja en la fábrica de parabrisas Pilkington en la localidad valenciana de
Sagunto. INFOLUNA tuvo la suerte de visitar las modélicas instalaciones de la
multinacional y comprobar in situ los procesos de fabricación que han
convertido a Pilkington en referencia mundial en calidad y socio de la gran
mayoría de los fabricantes mundiales de vehículos.
![[Img #6898]](upload/img/periodico/img_6898.jpg)
En INFOLUNA teníamos mucho interés en
comprobar los valores que llevan a los grandes fabricantes en confiar en los
productos Pilkington y desde la entrada en la fábrica se observa la ‘obsesión’
por la calidad. De hecho, nada
más entrar se ven carteles que recuerdan al
equipo de la fábrica que la calidad y la perfección son las razones
diferenciadoras de un líder.
![[Img #6906]](upload/img/periodico/img_6906.jpg)
Pilkington vive bajo la lupa constante e
implacable de los fabricantes de vehículos y esta persecución de la calidad
hace que los controles sean numerosos y exhaustivos.
El primer control de
calidad es la inversión
creciente en tecnología. Una maquinaria necesaria para convencer a los
exigentes fabricantes. Los parabrisas pasan varios controles de calidad y no se
pasa ni una.
La visión artificial es el primer gran examen. Una
máquina de precisión registra todos los valores del vidrio, tanto ópticos como
de resistencia y cualquier valor mínimamente anómalo provoca el rechazo.
Tras este examen llega el del ojo humano.
Pilkington cuenta con un equipo de expertos que analiza en una sala especial
para ellos si el vidri
o presenta alguna irregularidad. Un simple pelo casi
imperceptible provoca que se retire ese parabrisas. Estos equipos de analistas
tienen un turno especial, ya que trabajan entre 15 y 30 minutos y son relevados
por un compañero. Se busca que no tengan ni un segundo de cansancio o despiste
que les haga pasar alguna luna defectuosa.
![[Img #6909]](http://infoluna.com/upload/img/periodico/img_6909.jpg)
En todo el proceso se desechan parabrisas que
son destruidos al no cumplir los stándares de Pilkington, que finalmente son
los stándares de los fabricantes. Las exigencias de marcas como por ejemplo
Volkswagen, Seat, Ford etc… son altísimas. De hecho, estos fabricantes tienen
ingenieros y que viven cerca de la fábrica y realizan periódicamente chequeos
en el proceso de producción.
![[Img #6900]](upload/img/periodico/img_6900.jpg)
Ingenieros y operarios que viven por y para
la fábrica. La involucración es tan grande, que gracias a ellos, el grupo ha
creado nuevos procesos y standares de mejora para el futuro.
Visto el proceso de fabricación podemos
afirmar con rotundidad que tanto el parabrisas de origen como el recambio
original fabricado por Pilkington tienen una calidad incontestable ya que los
fabricantes penalizan muy caro el error y la devolución de un pedido supone
importantes pérdidas, así que se trabaja al detalle y como comenzamos el
reportaje, sin margen de error.
![[Img #6899]](upload/img/periodico/img_6899.jpg)
Los permanentes inversiones en “sistemas de control”
de calidad de Pilkington, tanto automáticos como humanos y un “riguroso
criterio de calidad hacen que se detecte con gran exactitud lo insignificante.
![[Img #6902]](upload/img/periodico/img_6902.jpg)
Sin margen de error. Esta es la premisa con la que se trabaja en la fábrica de parabrisas Pilkington en la localidad valenciana de Sagunto. INFOLUNA tuvo la suerte de visitar las modélicas instalaciones de la multinacional y comprobar in situ los procesos de fabricación que han convertido a Pilkington en referencia mundial en calidad y socio de la gran mayoría de los fabricantes mundiales de vehículos.
En INFOLUNA teníamos mucho interés en
comprobar los valores que llevan a los grandes fabricantes en confiar en los
productos Pilkington y desde la entrada en la fábrica se observa la ‘obsesión’
por la calidad. De hecho, nada más entrar se ven carteles que recuerdan al
equipo de la fábrica que la calidad y la perfección son las razones
diferenciadoras de un líder.
Pilkington vive bajo la lupa constante e implacable de los fabricantes de vehículos y esta persecución de la calidad hace que los controles sean numerosos y exhaustivos.
El primer control de calidad es la inversión
creciente en tecnología. Una maquinaria necesaria para convencer a los
exigentes fabricantes. Los parabrisas pasan varios controles de calidad y no se
pasa ni una.
La visión artificial es el primer gran examen. Una máquina de precisión registra todos los valores del vidrio, tanto ópticos como de resistencia y cualquier valor mínimamente anómalo provoca el rechazo.
Tras este examen llega el del ojo humano.
Pilkington cuenta con un equipo de expertos que analiza en una sala especial
para ellos si el vidrio presenta alguna irregularidad. Un simple pelo casi
imperceptible provoca que se retire ese parabrisas. Estos equipos de analistas
tienen un turno especial, ya que trabajan entre 15 y 30 minutos y son relevados
por un compañero. Se busca que no tengan ni un segundo de cansancio o despiste
que les haga pasar alguna luna defectuosa.
En todo el proceso se desechan parabrisas que son destruidos al no cumplir los stándares de Pilkington, que finalmente son los stándares de los fabricantes. Las exigencias de marcas como por ejemplo Volkswagen, Seat, Ford etc… son altísimas. De hecho, estos fabricantes tienen ingenieros y que viven cerca de la fábrica y realizan periódicamente chequeos en el proceso de producción.
Ingenieros y operarios que viven por y para la fábrica. La involucración es tan grande, que gracias a ellos, el grupo ha creado nuevos procesos y standares de mejora para el futuro.
Visto el proceso de fabricación podemos afirmar con rotundidad que tanto el parabrisas de origen como el recambio original fabricado por Pilkington tienen una calidad incontestable ya que los fabricantes penalizan muy caro el error y la devolución de un pedido supone importantes pérdidas, así que se trabaja al detalle y como comenzamos el reportaje, sin margen de error.
Los permanentes inversiones en “sistemas de control” de calidad de Pilkington, tanto automáticos como humanos y un “riguroso criterio de calidad hacen que se detecte con gran exactitud lo insignificante.
Indignado | Miércoles, 25 de Septiembre de 2013 a las 13:15:26 horas
Pues que se pasen por la fabrica de Llodio de Guardian a enseñarles como se hacen esos controles de calidad xq no sale una bien hecha.
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