Carta abierta de un usuario cacereño con problemas en su parabrisas

Este invierno, con tanta humedad, la puerta de casa se dilató y no cerraba bien. Tuvimos que comprar una puerta nueva en diciembre. Está acabando mayo y aún no nos han puesto la puerta porque ha tardado mucho tiempo en llegar. También se me ha rajado días atrás el parabrisas del coche. Desde que lo pedí hasta que llegó y me lo han puesto, ha pasado demasiado tiempo: casi tres semanas. Mientras esperaba la luna y la puerta, estuve buscando por las tiendas de recambios del automóvil un pomo para el volante del coche, pieza sin la cual no puedo conducir. No he encontrado nada más que dos tipos y ninguno me ofrece garantía absoluta de sujeción, pero he tenido que instalar lo que me ofrecían. ¿Qué pasa en Cáceres para que padezcamos una distribución tan nefasta y sea tan difícil encontrar determinadas piezas y utensilios? Cuando mis padres me visitaban en Galicia, recorrían las ferreterías de Vilagarcía de Arousa, la ciudad de 30.000 habitantes donde vivía, para comprar aparatos y novedades que no llegaban a Cáceres. ¿Por qué había mejor distribución en una villa gallega alejada que en una capital de provincia cercana a Madrid? Me dicen quienes saben que Cáceres está al margen de las rutas de distribución, que a las empresas les resulta gravoso mover un camión desde Madrid para 400.000 habitantes dispersos en casi 20.000 kilómetros cuadrados. La plataforma logística que propone la Cámara de Comercio quizás solucione el problema. Mientras tanto, recen para que no se les dilate la puerta ni se les rompa el parabrisas.