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Lunes, 28 de Junio de 2010
Las aseguradoras frenan la guerra de precios
Prefieren mejorar y aumentar las prestaciones para fidelizar a sus asegurados
La pasión ha abandonado los seguros de automóviles. Cuando apenas hace un par de años la mayoría de las compañías de seguros estaban sumergidas en una salvaje guerra de precios para ver quién se llevaba el gato (cliente) al agua, ahora todo es sosiego. Por fin se han dado cuenta de que es más barato cuidar a la clientela que captar a nuevos parroquianos con el señuelo del precio, teniendo en cuenta, además, que la crisis y la popularización de los comparadores de la red les ha enseñado a no casarse con nadie.
Una estrategia que algunas compañías españolas, como Mutua Madrileña, han seguido a rajatabla con muy buenos resultados. De hecho, según la entidad, la tasa de abandono de sus clientes es inferior al 7% (la menor del mercado), frente al 18% del resto de las compañías, con o sin guerra de precios.
Gestión de la ITV, apoyo a las víctimas de accidentes de tráfico, fraccionar el pago de la prima, coches de sustitución sin condiciones, protección en situaciones de desempleo, etc., son algunas de las prestaciones que las aseguradoras han comenzado a incluir en las pólizas para hacerlas más atractivas y no bajar más los precios en esta nueva etapa, donde, pese a todos los esfuerzos, el seguro a terceros se está convirtiendo en uno de los grandes protagonistas. Y es que la crisis ha aumentado la demanda de este tipo de seguros, así como el seguro a terceros con complementos como robo, lunas o incendio, según ha señalado Javier Oliveros, subdirector general de Mapfre, una de las compañías que ha empezado a potenciarlos.
Ahora bien, con guerra o no, el precio de las primas sigue siendo el factor que más incide en las decisiones de los clientes presentes y futuros, sobre todo ahora. La única diferencia estriba en que en estos momentos las compañías más sosegadas han comenzado a aplicar un nuevo sistema de determinación de la tarifa más acorde con el comportamiento y perfil de los conductores. Algo que no está reñido con unos precios competitivos, puntualiza Oliveros.
El nuevo sistema de tarificación que se está implantando tras superar la guerra de precios, que en el caso de algunas compañías llegó a traspasar incluso el criterio técnico exigido por la Dirección General de Seguros frente a posibles quiebras, repercute en las tarifas el ahorro derivado de la nueva gestión y administración de las compañías, según ha explicado Elena Betés, directora general del comparador más relevante del mercado, Rastreator. Una gestión en la que ahora está muy presente el uso de la telemática, que ahorra desplazamientos; los nuevos canales de distribución (más baratos), como internet, así como un mayor control en el fraude de los talleres y, lo que es más importante, la segmentación de los clientes para tejer trajes a medida.
La zona de circulación (no es igual conducir en la urbe que en la provincia), el vehículo (no cuesta igual reparar todos los coches del mismo segmento), el horario de conducción (fines de semana, diario, noche, día) e incluso la segmentación de los clientes dentro de la misma edad son algunos de los elementos que las compañías miran con lupa a la hora fijar la prima.
Este sistema de segmentación, apoyado en nuevas herramientas informáticas de tarificación, permite ajustar mucho el precio. Por poner algún ejemplo, actualmente no está reñido el hecho de ser joven (18-25 años) y tener un seguro barato, asegura Oliveros. Y es que la compañía analiza si el joven conduce de noche o de día, los fines de semana o de lunes a viernes, etc. Hasta tal punto esto es importante, que Mapfre ha instalado unos dispositivos en 25.000 coches para estudiar la conducción de los jóvenes y ajustar más el precio.
Fuente: Cincodías.com
Una estrategia que algunas compañías españolas, como Mutua Madrileña, han seguido a rajatabla con muy buenos resultados. De hecho, según la entidad, la tasa de abandono de sus clientes es inferior al 7% (la menor del mercado), frente al 18% del resto de las compañías, con o sin guerra de precios.
Gestión de la ITV, apoyo a las víctimas de accidentes de tráfico, fraccionar el pago de la prima, coches de sustitución sin condiciones, protección en situaciones de desempleo, etc., son algunas de las prestaciones que las aseguradoras han comenzado a incluir en las pólizas para hacerlas más atractivas y no bajar más los precios en esta nueva etapa, donde, pese a todos los esfuerzos, el seguro a terceros se está convirtiendo en uno de los grandes protagonistas. Y es que la crisis ha aumentado la demanda de este tipo de seguros, así como el seguro a terceros con complementos como robo, lunas o incendio, según ha señalado Javier Oliveros, subdirector general de Mapfre, una de las compañías que ha empezado a potenciarlos.
Ahora bien, con guerra o no, el precio de las primas sigue siendo el factor que más incide en las decisiones de los clientes presentes y futuros, sobre todo ahora. La única diferencia estriba en que en estos momentos las compañías más sosegadas han comenzado a aplicar un nuevo sistema de determinación de la tarifa más acorde con el comportamiento y perfil de los conductores. Algo que no está reñido con unos precios competitivos, puntualiza Oliveros.
El nuevo sistema de tarificación que se está implantando tras superar la guerra de precios, que en el caso de algunas compañías llegó a traspasar incluso el criterio técnico exigido por la Dirección General de Seguros frente a posibles quiebras, repercute en las tarifas el ahorro derivado de la nueva gestión y administración de las compañías, según ha explicado Elena Betés, directora general del comparador más relevante del mercado, Rastreator. Una gestión en la que ahora está muy presente el uso de la telemática, que ahorra desplazamientos; los nuevos canales de distribución (más baratos), como internet, así como un mayor control en el fraude de los talleres y, lo que es más importante, la segmentación de los clientes para tejer trajes a medida.
La zona de circulación (no es igual conducir en la urbe que en la provincia), el vehículo (no cuesta igual reparar todos los coches del mismo segmento), el horario de conducción (fines de semana, diario, noche, día) e incluso la segmentación de los clientes dentro de la misma edad son algunos de los elementos que las compañías miran con lupa a la hora fijar la prima.
Este sistema de segmentación, apoyado en nuevas herramientas informáticas de tarificación, permite ajustar mucho el precio. Por poner algún ejemplo, actualmente no está reñido el hecho de ser joven (18-25 años) y tener un seguro barato, asegura Oliveros. Y es que la compañía analiza si el joven conduce de noche o de día, los fines de semana o de lunes a viernes, etc. Hasta tal punto esto es importante, que Mapfre ha instalado unos dispositivos en 25.000 coches para estudiar la conducción de los jóvenes y ajustar más el precio.
Fuente: Cincodías.com
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