Sólo los desguaces podrán vender recambios usados de lunas y los talleres que acepten piezas sin ese origen podrán ser sancionados
Se acabó la venta particular de recambios de cristalería del automóvil
Desde el pasado 22 de enero, queda prohibida la comercialización e instalación de cualquier pieza con uso que no tenga como origen un centro autorizado de tratamiento de residuos o CAT, y que haya sido extraída de un coche dado de baja.
El mes pasado entró en vigor una normativa que regula con más detalle las funciones de los centros autorizados para el tratamiento de los vehículos al final de su vida útil (CAT), o, simplemente, desguaces. Se trata del Real Decreto 20/2017, de 20 de enero, sobre los vehículos al final de su vida útil, que deroga la norma anterior, Real Decreto 1383/2002, de 20 de diciembre, sobre gestión de vehículos al final de su vida útil.
La novedad principal es la siguiente: los talleres solo pueden utilizar piezas usadas que vengan de un desguace, es decir, serán ilegales aquellos que sean aportados por un particular o de cuya procedencia no se pueda ligar a un CAT. Queda por tanto prohibida la instalación y venta de esos recambios cuando vengan de vehículos dados de baja. Técnicamente se consideran residuos.
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Esta regulación adopta los cambios exigidos por la normativa comunitaria, por lo que no hay que pensar directamente en que es una ley a medida para los CAT (aunque sería lo fácil). España, como miembro de la Unión Europea, debe adaptar su legislación a normas comunitarias de rango superior. Indudablemente las empresas que viven de los recambios usados tendrán un mayor volumen de negocio.
Los talleres serían cómplices
Tendrán responsabilidad legal los que comercialicen piezas de origen ilegal, lo mismo podemos decir para los talleres que acepten esos recambios. Eso nos lleva a consecuencias más desagradables, como que en caso de sufrir un accidente con un recambio de origen ilegal, la compañía aseguradora podría lavarse las manos y no tener que
indemnizar por daños propios o a terceros.
Por otro lado, cuando se entregue un coche a un desguace, ya no puede llegar con un despiece previo. Hasta el 22 de enero, era legal entregar en un desguace el esqueleto de un coche, después de haber realizado un despiece completo. Si ahora mismo ocurre eso, el mismo CAT puede denunciarnos, es más, está obligado a hacerlo.
La nueva norma tiene alguna ventaja, ya no habrá que pagar por deshacernos de un coche. Es más, se pueden entregar para desguace a los concesionarios de fabricantes o importadores, que no podrán cobrar por ese servicio. Ellos serán los encargados de llevar los vehículos a los CAT para descontaminación, despiece y reciclado.
Desde el pasado 22 de enero, queda prohibida la comercialización e instalación de cualquier pieza con uso que no tenga como origen un centro autorizado de tratamiento de residuos o CAT, y que haya sido extraída de un coche dado de baja.
El mes pasado entró en vigor una normativa que regula con más detalle las funciones de los centros autorizados para el tratamiento de los vehículos al final de su vida útil (CAT), o, simplemente, desguaces. Se trata del Real Decreto 20/2017, de 20 de enero, sobre los vehículos al final de su vida útil, que deroga la norma anterior, Real Decreto 1383/2002, de 20 de diciembre, sobre gestión de vehículos al final de su vida útil.
La novedad principal es la siguiente: los talleres solo pueden utilizar piezas usadas que vengan de un desguace, es decir, serán ilegales aquellos que sean aportados por un particular o de cuya procedencia no se pueda ligar a un CAT. Queda por tanto prohibida la instalación y venta de esos recambios cuando vengan de vehículos dados de baja. Técnicamente se consideran residuos.
Esta regulación adopta los cambios exigidos por la normativa comunitaria, por lo que no hay que pensar directamente en que es una ley a medida para los CAT (aunque sería lo fácil). España, como miembro de la Unión Europea, debe adaptar su legislación a normas comunitarias de rango superior. Indudablemente las empresas que viven de los recambios usados tendrán un mayor volumen de negocio.
Los talleres serían cómplices
Tendrán responsabilidad legal los que comercialicen piezas de origen ilegal, lo mismo podemos decir para los talleres que acepten esos recambios. Eso nos lleva a consecuencias más desagradables, como que en caso de sufrir un accidente con un recambio de origen ilegal, la compañía aseguradora podría lavarse las manos y no tener que indemnizar por daños propios o a terceros.
Por otro lado, cuando se entregue un coche a un desguace, ya no puede llegar con un despiece previo. Hasta el 22 de enero, era legal entregar en un desguace el esqueleto de un coche, después de haber realizado un despiece completo. Si ahora mismo ocurre eso, el mismo CAT puede denunciarnos, es más, está obligado a hacerlo.
La nueva norma tiene alguna ventaja, ya no habrá que pagar por deshacernos de un coche. Es más, se pueden entregar para desguace a los concesionarios de fabricantes o importadores, que no podrán cobrar por ese servicio. Ellos serán los encargados de llevar los vehículos a los CAT para descontaminación, despiece y reciclado.
Nene | Sábado, 25 de Febrero de 2017 a las 15:22:49 horas
De acabarse nada.Ahora empezaremos a ver anuncios de Se vende boligrafo y se regala carburador.
El que hace la ley hace trampa
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