El avance de este tipo de parabrisas hará que aumenten las sustituciones ante el riesgo de dejar inservible su función térmica al poder quedar dañados los filamentos integrados en el vidrio
Las lunas térmicas amenazan la reparación de parabrisas
Las lunas térmicas aún no se han generalizado como un elemento de serie en los vehículos de gama media y son un extra que suele tener un coste de entre 200 y 300 euros, pero en los próximos años cada vez se van a encontrar más parabrisas con esta tecnología de valor añadido en vehículos del estilo de un Seat Ibiza, Ford Focus o un Citroën C4.
Este tipo de lunas suponen un innegable avance para los que usan el vehículo, y más en zonas frías, pero el avance de esta teconología y su uso generalizado por los fabricantes tendrá un gran impacto en el sector de reparación y sustitución de lunas.
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Hilos de óxido de plata y zinc dentro del vidrio
Esta tecnología, que salió en 1985 al mercado, se trata de un sistema que gracias a una malla de hilos de óxido de plata y zinc ubicada en el interior del cristal, lograba, mediante la aplicación de corriente, que el cristal se descongelara y desempañara rápidamente. Debido al alto consumo de corriente, el sistema está diseñado para funcionar únicamente cuando el motor está en marcha, y normalmente se apaga después de 10 minutos de funcionamiento, aunque la
operación dura realmente segundos.
El hecho de que en el vidrio estén integrados filamentos hace que los impactos no puedan repararse y que en la mayoría de las ocasiones haya que sustituir el parabrisas para evitar el mal funcionamiento de su función. Es decir, más lunas térmicas significará menos reparaciones y un aumento del coste medio.
Las lunas térmicas aún no se han generalizado como un elemento de serie en los vehículos de gama media y son un extra que suele tener un coste de entre 200 y 300 euros, pero en los próximos años cada vez se van a encontrar más parabrisas con esta tecnología de valor añadido en vehículos del estilo de un Seat Ibiza, Ford Focus o un Citroën C4.
Este tipo de lunas suponen un innegable avance para los que usan el vehículo, y más en zonas frías, pero el avance de esta teconología y su uso generalizado por los fabricantes tendrá un gran impacto en el sector de reparación y sustitución de lunas.
Hilos de óxido de plata y zinc dentro del vidrio
Esta tecnología, que salió en 1985 al mercado, se trata de un sistema que gracias a una malla de hilos de óxido de plata y zinc ubicada en el interior del cristal, lograba, mediante la aplicación de corriente, que el cristal se descongelara y desempañara rápidamente. Debido al alto consumo de corriente, el sistema está diseñado para funcionar únicamente cuando el motor está en marcha, y normalmente se apaga después de 10 minutos de funcionamiento, aunque la operación dura realmente segundos.
El hecho de que en el vidrio estén integrados filamentos hace que los impactos no puedan repararse y que en la mayoría de las ocasiones haya que sustituir el parabrisas para evitar el mal funcionamiento de su función. Es decir, más lunas térmicas significará menos reparaciones y un aumento del coste medio.
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