Un cristalero contesta al director general de Asitur que asegura que coste bajo y calidad deben ir unidos
"El coste medio a lo único que conduce es a materiales de baja calidad y a rechazar servicios de alto coste"
Alberto Bravo, director general de Asitur recalcaba ayer en una entrevista que publicamos en INFOLUNA que las aseguradoras les exigen costes bajos como prioridad pero sin menoscabar la calidad de materiales y servicio. La pregunta es clara: ¿Se puede ofrecer calidad en los materiales a los actuales costes medios?
Un cristalero indignado nos envía un comentario que ataca con dureza la estrategia de las aseguradoras que está llevando a malvivir a muchos talleres y niega que sea posible apostar por la calidad a los costes actuales: A este señor, alguien debería explicarle que calidad, y bajo coste, son dos términos
antagónicos. El coste medio a lo único que conduce es a materiales de baja calidad y a rechazar servicios de alto coste, que suelen acabar en el taller del servicio oficial".
El pasado 18 de noviembre publicamos un artículo en el que se incidía en los problemas que acarrean los costes medios y que terminan afectando al cliente. "Como reconoce un conocido cristalero: "El problema que define el artículo de INFOLUNA lo llevamos sufriendo cada vez con mayor frecuencia y es totalmente real. Las compañías deberían ser conscientes de este problema y eliminar de una vez por todas el fastidioso coste medio, que hasta ahora lo único que ha conseguido es lo que indica el artículo y el incremento del número de reparaciones, con el consiguiente aumento de la frecuencia siniestral. Un "cero" a las compañías por su falta de visión y un "cero" a las redes por su falta de capacidad de entendimiento en estas negociaciones".
Se rechazan las lunas más caras
"Cada vez me derivan más lunas caras a causa del coste medio", asegura un cristalero de un taller independiente. El coste medio actual supone que las lunas caras sean derivadas a los talleres independientes o de talleres oficiales y que las redes se especialicen en lunas de menor valor ya que ante costes a 200 euros o por debajo sea imposible aceptar parabrisas que
suponen un riesgo de desvío del coste medio. La única manera de conseguir ese coste medio si llegan lunas caras es aumentar la reparación pero eso es complicado, por lo que mejor rechazar la luna de un BMW, por ejemplo, y explicar al cliente con amabilidad que tendría que esperar una semana para conseguir la luna y que es posible que en otro taller es posible que le arreglen antes el siniestro.
La conclusión es clara. Este coste medio no tiene sentido al provocar que se rechace trabajo y termine siendo aún más caro si ese asegurado acaba en un taller oficial o en un taller de chapa, por ejemplo, que no va a perdonar un euro a la aseguradora.
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antagónicos. El coste medio a lo único que conduce es a materiales de baja calidad y a rechazar servicios de alto coste, que suelen acabar en el taller del servicio oficial".
suponen un riesgo de desvío del coste medio. La única manera de conseguir ese coste medio si llegan lunas caras es aumentar la reparación pero eso es complicado, por lo que mejor rechazar la luna de un BMW, por ejemplo, y explicar al cliente con amabilidad que tendría que esperar una semana para conseguir la luna y que es posible que en otro taller es posible que le arreglen antes el siniestro.
La conclusión es clara. Este coste medio no tiene sentido al provocar que se rechace trabajo y termine siendo aún más caro si ese asegurado acaba en un taller oficial o en un taller de chapa, por ejemplo, que no va a perdonar un euro a la aseguradora.













de toda la vida | Viernes, 21 de Abril de 2017 a las 11:53:29 horas
Volvemos a lo de siempre, sin union no hay fuerza, y en este pais por motivos varios no existe esa union, por lo tanto tenemos lo que nos merecemos.
Mientras tanto las aseguradoras siguen poniendo el dedo en la llaga puesto que nadie le planta cara al asunto con el temor de quedarse fuera de juego.
Solucion nefasta con vistas al futuro del sector, solo nos queda seguir oprimidos y poniendo las dos caras, una a la aseguradora y la otra al cliente final, estando en medio con responsabilidad con profesionalidad y sin beneficios.
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