Las razones que hacen de las lunas una especialidad con cada vez más importancia

Considerar el trabajo de reparación y sustitución de lunas como una subespecialidad como indica el dueño de Talleres Costamóvil y de la franquicia Costamóvil Lunas de la red Glass Talleres es una auténtica barbaridad que no se sostiene por las siguientes razones.

El Ministerio de Industría consider a las lunas como una

especialidad

La placa de taller determina dos categorías dentro de los talleres. Existen cuatro ramas que son mecánica, electricidad, carrocería y pintura. A partir de esas ramas de taller existe otra división que son las distintas especialidades de cada rama y una de ellas es lunas, pero no es la única ya que existen otras como neumáticos, equipos de inyección o autoradios y comunicaciones.

La cristalería del automóvil requiere de una importante

formación

Los vidrios del automóvil ya no son aquellos que cambiaban en Talleres Costamóvil hace 20, 30 o 40 años, ya que la tecnología que integran en forma de sensores, cámaras etc... obligan a formar de manera intensa a los técnicos del sector. Un parabrisas no es una pieza que se pega y punto sino es un elemento de seguridad del vehículo que necesita de unos conociminetos, habilidades y herramientas muy precisas para que se consiga un trabajo eficaz que garantice la seguridad. Pensar que cambiar o reparar una luna es un trabajo menor supone un grave error ya que cada día es más complicado realizar una buena sustitución.

Con la llegada de los sistemas ADAS que funciona a través de la integración de cámaras en el parabrisas, se requiere una mayor especialización, ya que tras la sustitución se necesita una recalibración que debe realizar el técnico de lunas. En caso de no recalibrar bien, el peligro de accidente es muy alto, por lo que se necesitan verdaderos especialistas en la materia para evitar riesgos.

Escasa formación lleva a graves accidentes

Un estudio realizado en Irlanda por Carglass demostró que 7 de cada 10 trabajos realizados en ese país eran defectuosos y ponían en riesgo la vida de los ocupantes, ya que en caso de accidente, la luna soporta el 35% del peso del techo y si el trabajo es malo se despegará o no aguantará la presión del airbag, por lo que este trabajo, dada su importancia, debe ser considerado como una especialidad con incluso más peso que muchas de carrocería, cuyas consecuencias son más estéticas que de seguridad.