El que fuera centro Glassdrive iba a abrir en septiembre y se ha tenido que movilizar junto a redes como Cristalbox, Carglass y Carlunas para 'salvar la vida' a las aseguradoras por centenares de siniestros de lunas
Ralarsa precipita su apertura en Berga (Barcelona) por la emergencia creada por una brutal granizada
Los talleres de lunas de la zona de Berga (Barcelona) se han visto desbordados por una brutal granizada que ha dejado cientos de vehículos con los cristales rotos. La emergencia ha ll
egado a tal punto que incluso ha obligado a abrir precipitadamente el centro Ralarsa de Berga. "Teníamos previsto inaugurarlo el 14 de septiembre, pero la granizada nos ha obligado a levantar la persiana antes de tiempo porque reventó y rompió muchos cristales", explica la delegada comercial de Ralarsa en Berga, Montse Vadillo, que volvió inesperadamente de unas vacaciones en la playa el miércoles por la noche, después de que gestorías y clientes de la capital berguedana le colapsaran el teléfono móvil.
El que fuera un centro Glassdrive hasta hace unos meses abre en una demostración de reacción de Ralarsa ante un problema de las aseguradoras. Esta acción supone una demostración de la capacidad de organización de la red ante una avalancha de problemas que llegan por parte de los asegurados a las compañías con las que tienen sus pólizas.
![[Img #15886]](upload/img/periodico/img_15886.jpg)
El taller no es muy grande y tenían que colocar muchos vehículos en el exterior para que no cabían. Hasta ayer al mediodía habían recibido cerca
de 75 peticiones para cambiar los cristales, pero no paraban de recibir llamadas de nuevos clientes avisando que llevarían el vehículo. Trabajadores de la franquicia llegados de Manresa, Igualada, Vilafranca del Penedès y El Vendrell hacían lo imposible para sacar los cristales dañados y colocar otros nuevos mientras llegaban furgonetas cargadas con cristales de coche porque el taller pudiera ofrecer el servicio a sus clientes.
No sólo en los talleres de Berga se les ha girado trabajo. Talleres de fuera también vio una manera de hacer el agosto ante la avalancha de demanda para reparar el coche. Carglass, que no tiene ningún taller en
Berga, avisó a compañías de seguros que tiene la intención de instalar hoy una vela en la ciudad para todas las personas que necesiten reparar los cristales del vehículo. En el taller de Cristalbox de Berga habían dado en la tarde 120 propietarios de vehículos y ya avisaban los clientes que tendrían que esperar semanas para reparar el vidrio.
![[Img #15881]](upload/img/periodico/img_15881.jpg)
La granizada duró poco más de diez minutos, pero fueron suficientes para provocar importantes daños materiales en la ciudad. El Ayuntamiento de Berga , sin embargo, no solicitará la declaración de zona catastrófica. Ayer, la brigada municipal hizo una limpieza extraordinaria en las calles de la ciudad para retirar los restos de árboles que se acumularon en muchos puntos de la ciudad.
![[Img #15883]](upload/img/periodico/img_15883.jpg)
Ante la Gestoría Pujol, antes de abrir las puertas ayer por la mañana, ya había una cola de clientes esperando para informar de los desperfectos que habían sufrido el coche, en las ventanas de casa y en los canalones o claraboyas comunitarias. Hasta ayer a media mañana se habían acercado decenas de personas y decían a muchos clientes que se pondrían en contacto cuando pudieran. Estaban desbordados. El trabajador de la oficina David Moreno, de Catalana Occidente en Berga, explicaba que desde que terminó la tormenta del miércoles por la tarde, empezaron a recibir llamadas y mensajes a través del WhatsApp. "En menos de 24 horas hemos abierto cerca de 40 siniestros, pero llegaremos al medio centenar", explicaba ayer el personal de la oficina. De hecho, la gestión de los desperfectos de particulares estaba resultando realmente compleja porque muchos de los albañiles de la ciudad están de vacaciones. "La compañía aseguradora envía un perito, y si los reparan ahora o en septiembre es un asunto que deberán solucionar los clientes con el albañil que contraten", añadían los trabajadores.
Otras compañías de seguros, ante la avalancha de casos, decían a los clientes que fotografiaran los desperfectos que habían sufrido. La gran granizada duró sólo diez minutos, pero los daños que causó tardarán aún semanas en ser reparados.
Fuente: Infoluna y Regio7
Los talleres de lunas de la zona de Berga (Barcelona) se han visto desbordados por una brutal granizada que ha dejado cientos de vehículos con los cristales rotos. La emergencia ha llegado a tal punto que incluso ha obligado a abrir precipitadamente el centro Ralarsa de Berga. "Teníamos previsto inaugurarlo el 14 de septiembre, pero la granizada nos ha obligado a levantar la persiana antes de tiempo porque reventó y rompió muchos cristales", explica la delegada comercial de Ralarsa en Berga, Montse Vadillo, que volvió inesperadamente de unas vacaciones en la playa el miércoles por la noche, después de que gestorías y clientes de la capital berguedana le colapsaran el teléfono móvil.
El que fuera un centro Glassdrive hasta hace unos meses abre en una demostración de reacción de Ralarsa ante un problema de las aseguradoras. Esta acción supone una demostración de la capacidad de organización de la red ante una avalancha de problemas que llegan por parte de los asegurados a las compañías con las que tienen sus pólizas.
El taller no es muy grande y tenían que colocar muchos vehículos en el exterior para que no cabían. Hasta ayer al mediodía habían recibido cerca de 75 peticiones para cambiar los cristales, pero no paraban de recibir llamadas de nuevos clientes avisando que llevarían el vehículo. Trabajadores de la franquicia llegados de Manresa, Igualada, Vilafranca del Penedès y El Vendrell hacían lo imposible para sacar los cristales dañados y colocar otros nuevos mientras llegaban furgonetas cargadas con cristales de coche porque el taller pudiera ofrecer el servicio a sus clientes.
No sólo en los talleres de Berga se les ha girado trabajo. Talleres de fuera también vio una manera de hacer el agosto ante la avalancha de demanda para reparar el coche. Carglass, que no tiene ningún taller en Berga, avisó a compañías de seguros que tiene la intención de instalar hoy una vela en la ciudad para todas las personas que necesiten reparar los cristales del vehículo. En el taller de Cristalbox de Berga habían dado en la tarde 120 propietarios de vehículos y ya avisaban los clientes que tendrían que esperar semanas para reparar el vidrio.
La granizada duró poco más de diez minutos, pero fueron suficientes para provocar importantes daños materiales en la ciudad. El Ayuntamiento de Berga , sin embargo, no solicitará la declaración de zona catastrófica. Ayer, la brigada municipal hizo una limpieza extraordinaria en las calles de la ciudad para retirar los restos de árboles que se acumularon en muchos puntos de la ciudad.
Ante la Gestoría Pujol, antes de abrir las puertas ayer por la mañana, ya había una cola de clientes esperando para informar de los desperfectos que habían sufrido el coche, en las ventanas de casa y en los canalones o claraboyas comunitarias. Hasta ayer a media mañana se habían acercado decenas de personas y decían a muchos clientes que se pondrían en contacto cuando pudieran. Estaban desbordados. El trabajador de la oficina David Moreno, de Catalana Occidente en Berga, explicaba que desde que terminó la tormenta del miércoles por la tarde, empezaron a recibir llamadas y mensajes a través del WhatsApp. "En menos de 24 horas hemos abierto cerca de 40 siniestros, pero llegaremos al medio centenar", explicaba ayer el personal de la oficina. De hecho, la gestión de los desperfectos de particulares estaba resultando realmente compleja porque muchos de los albañiles de la ciudad están de vacaciones. "La compañía aseguradora envía un perito, y si los reparan ahora o en septiembre es un asunto que deberán solucionar los clientes con el albañil que contraten", añadían los trabajadores.
Otras compañías de seguros, ante la avalancha de casos, decían a los clientes que fotografiaran los desperfectos que habían sufrido. La gran granizada duró sólo diez minutos, pero los daños que causó tardarán aún semanas en ser reparados.
Fuente: Infoluna y Regio7
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