Los talleres de Teruel no dan abasto para reparar las lunas rotas por la granizada

Un centenar de coches de las localidades turolenses de Sarrión, Albentosa y Manzanera fueron retirados este jueves de las calles para proceder a la sustitución de las lunas reventadas por el impacto del granizo caído en la tarde del miércoles y para reparar las abolladuras que salpican sus carrocerías. El pedrisco, del tamaño de "huevos de gallina", como señalan los testigos, rompió los cristales de prácticamente todos los vehículos que estaban al descubierto, además de deformar la chapa con los golpes.

En Albentosa, la fuerte granizada –con bolas de hielo de gran tamaño que ceste jueveson sin lluvia inicialmente– destrozó las canaleras de las casas y rompió tejas. La alcaldesa, Yolanda Salvador, fue una de las damnificadas porque el pedrisco la sorprendió circulando por la calle y rompió el cristal de su coche. "Hay muchas lunas vehículos rotas y todas las canaleras están llenas de agujeros", explicó. 

Pero donde más coches resultaron dañados fue en Sarrión. Medio centenar de turismos aparcados en la calle se llenaron de abolladuras y quedaron con las lunas rotas y los retrovisores arrancados por el impacto del pedrisco, de uno 6 centímetros de diámetro. El alcalde, Jorge Redón, explicó que también hay muchos destrozos en los tejados de las casas y de las naves industriales.  Añadió que durante toda la mañana las grúas circularon "sin parar" por el pueblo para retirar los vehículos siniestrados. Una empresa especializada en la sustitución de lunas llegó desde Sagunto (Valencia) para ofrecer sus servicios por el servicio de información del Ayuntamiento, a través de la televisión y por teléfono móvil.

El dueño de Talleres Sarrión S. L., con servicio de grúa, Juan Carlos Vicente, explicó que durante la mañana retiró una veintena de coches con los cristales rotos y marcas de impactos en las carrocerías. Vicente señaló que la tormenta del miércoles fue la tercera con pedrisco que descarga sobre la localidad este verano, aunque fue, con diferencia, la más dañina de todas por el grosor del pedrisco.

Explicó que cuando vio venir la tormenta se apresuró a meter todos los coches en reparación a cubierto par salvarlos del pedrisco. "No nos pilló a nosotros por diez minutos", señaló. El empresario añadió que no había visto daños tan graves en los coches desde la granizada de julio de 2017 en Rubielos de Mora, con pedrisco del tamaño de pelotas de tenis –en torno a 8 centímetros de diámetro–.

Según sus cálculos, reparar las lunas y las abolladuras costará en torno a 600 euros de media por vehículo, aunque, generalmente, el coste es asumido por los seguros. La mayoría de los coches abollados de Talleres Sarrión S. L. son de la localidad, pero también hay vehículos de Manzanera, muy castigada también por el granizo.

Un concejal de Manzanera, Mario Mor, explicó que "todos" los coches que estaban en la calle al desatarse la tormenta perdieron sus lunas. Además, las carrocerías "dan pena" tras quedar salpicadas "de cráteres". La piedra rompió algunas tejas, canalones y muebles de las terrazas. Mor indicó que un coche que circulaba entre el pueblo y el barrio de Los Cerezos volcó como consecuencia del granizo que cubría la calzada, aunque, afortunadamente, sus ocupantes salieron ilesos.

Fuente: El Heraldo de Aragón