La nueva directiva de Glassdrive debería ser punta de lanza en un objetivo común para acabar de una vez con el coste medio
Las lecciones de una rebelión basada en la falta de rentabilidad
Una de las principales lecturas que se puede sacar del caótico desarrollo de las negociaciones entre los talleres Glassdrive y la central de la red es que el modelo de gestión que se maneja en el sector de lunas está agotado y necesita que los rectores de las distintas redes sean valientes y den una vuelta de tuerca a las medidas que sólo benefician a las aseguradoras y ahogan en una lucha diaria por la supervivencia a muchos talleres.
![[Img #16269]](upload/img/periodico/img_16269.jpg)
La rebelión de los talleres Glassdrive no es más que una réplica de lo que está pasando en muchos otros centros de ot
ras empresas. La queja generalizada de los integrantes de la red francesa radica en la falta de rentabilidad que obtienen debido a la existencia de un modelo obsoleto de coste medio. Esa queja no es patrimonio de estos cristaleros sino de todo el sector.
La nueva directiva debe recoger el malestar de sus talleres y ser punta de lanza en la lucha por acabar con el coste medio y apostar por un modelo basado en los descuentos. Conseguir una mayor rentabilidad en la pieza es fundamental para el taller y para una multinacional que se basa en la fabricación de vidrio. Hasta ahora Glassdrive no ha sabido rentabilizar la calidad de su material y ha trabajado con costes medios bajos en los que no se le otorgaba ninguna relevancia a la calidad. Un cambio de estrategia sería fundamental para aumentar la rentabilidad.
![[Img #16271]](upload/img/periodico/img_16271.jpg)
Las redes están deseando trabajar con descuentos y se necesita una unión en el objetivo. Todas las empresas deberían aprovechar el
momento de cambio tecnológico en el que los talleres especialistas están ganando terreno como proveedores decisivos en un siniestro como el de lunas para acabar con el dañino coste medio.
España es el único país de Europa que trabaja con un coste medio pactado entre los talleres y las aseguradoras. Se necesita determinación y un objetivo común para acabar con esa llave de presión que manejan las compañías de seguros. La rebelión de los talleres Glassdrive ha mostrado el camino del cambio.
Una de las principales lecturas que se puede sacar del caótico desarrollo de las negociaciones entre los talleres Glassdrive y la central de la red es que el modelo de gestión que se maneja en el sector de lunas está agotado y necesita que los rectores de las distintas redes sean valientes y den una vuelta de tuerca a las medidas que sólo benefician a las aseguradoras y ahogan en una lucha diaria por la supervivencia a muchos talleres.
![[Img #16269]](upload/img/periodico/img_16269.jpg)
La rebelión de los talleres Glassdrive no es más que una réplica de lo que está pasando en muchos otros centros de ot
ras empresas. La queja generalizada de los integrantes de la red francesa radica en la falta de rentabilidad que obtienen debido a la existencia de un modelo obsoleto de coste medio. Esa queja no es patrimonio de estos cristaleros sino de todo el sector.
La nueva directiva debe recoger el malestar de sus talleres y ser punta de lanza en la lucha por acabar con el coste medio y apostar por un modelo basado en los descuentos. Conseguir una mayor rentabilidad en la pieza es fundamental para el taller y para una multinacional que se basa en la fabricación de vidrio. Hasta ahora Glassdrive no ha sabido rentabilizar la calidad de su material y ha trabajado con costes medios bajos en los que no se le otorgaba ninguna relevancia a la calidad. Un cambio de estrategia sería fundamental para aumentar la rentabilidad.
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Las redes están deseando trabajar con descuentos y se necesita una unión en el objetivo. Todas las empresas deberían aprovechar el
momento de cambio tecnológico en el que los talleres especialistas están ganando terreno como proveedores decisivos en un siniestro como el de lunas para acabar con el dañino coste medio.
España es el único país de Europa que trabaja con un coste medio pactado entre los talleres y las aseguradoras. Se necesita determinación y un objetivo común para acabar con esa llave de presión que manejan las compañías de seguros. La rebelión de los talleres Glassdrive ha mostrado el camino del cambio.












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