Se está extendiendo en toda Europa la inclusión de un añadido en la factura en la que se especifica que no se ha calibrado la cámara y que si firma el cliente exime al taller de responsabilidades penales en caso de accidente

Llega el timo 'legal' en la factura de los cambios de lunas

La calibración es un servicio que cada día se demanda más, aunque aún no existe en España un volumen alto de vehículos que requieran de una recalibración de cámaras tras la sustitución del parabrisas. El bajo volumen de vehículos con esta necesidad hace que muchos talleres retrasen la inversión en los equipos de diagnosis necesarios para realizar este servicio.  

 

 

 

Sin embargo, son muchos los profesionales que nos aseguran que cambian lunas con cámaras ADAS sin recalibrar y que no han tenido problemas de quejas de los clientes. Sin embargo, ya comienzan a aparecer casos en varios países (Canadá, Reino Unido o Alemania) de clientes que han tenido sustos al no activarse los sistemas ADAS. En caso de accidente la responsabilidad penal recaerá sobre el taller que no ha recalibrado, pero hay una treta legal que se está poniendo en práctica en Europa que exime de responsabilidad al taller. 

 

 

 

 

 

El que vamos a denominar el 'timo legal de la calibración' consiste en incluir en la factura que se le entrega al cliente un añadido en el que se especifica que el parabrisas ha sido cambiado sin ser recalibrado. Si se informa al cliente y éste firma la factura, reconoce haber sido informado y que exime de responsabilidad al taller. En ese caso, tendrá que ser el cliente quien busque otro taller donde le calibren las cámaras que se colocan en el parabrisas.  

 

 

 

 

 

 

Esta treta es legal pero no ética y, sobre todo, muy poco profesional, ya que deja abandonado a su suerte al cliente. Los riesgos son muy altos y aunque se ha multiplicado en toda Europa y puede ser utilizado en España es convertir el servicio de cristalería del automóvil en una ruleta rusa en la que en cualquier momento puede percutirse con una 'bala' en forma de fallo en el freno de emergencia o el detector de cambio de carril que no funciones por culpa de no haber sido recalibrada la cámara.  

 

 

Como reza el dicho popular "hecha la ley, hecha la trampa".