La nueva dirección de Glassdrive organizó un evento a lo grande en el Circuito del Jarama en su Convención 2019

"Pilotamos Ferraris pero no nos presentaron las cuentas de 2018"

Tras un agitado y convulso 2018, Glassdrive organizó hace unos día su esperada convención. La cita se hizo esperar y lo que anualmente se realizaba en noviembre o diciembre de cada año pasó al mes de abril. La nueva directiva de Glassdrive que comanda Sergio García Mallón buscaba dar un golpe de efecto que generara ilusión y optimismo entre sus cerca de 240 talleres y buscó un escenario impactante y lo adornó con numerosas actividades.  

 

 

 

 

 

 

Glassdrive reunió a su red en el Circuito del Jarama y ofreció diversas experiencias a los componentes de su red. Glassdrive España no escatimó en gastos y planteó la convención más cara de los últimos años para estrechar la relación con unos talleres que se alejaron de la dirección tras la discutida gestión del anterior director general Carlos Otero.  

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, la estética y las buenas intenciones no escondieron una realidad difícil, como nos comentan varios de los cristaleros de la red presentes. "Pilotamos Ferraris pero no nos presentaron las cuentas de 2018. Esta es la primera vez desde hace una década que pasa. Siempre nos decían cómo había sido el año en trabajos y en ingresos", nos confesaba un empresario de Glassdrive.  

 

 

 

 

 

 

 

 

La convención se dividió en dos partes bien diferenciadas: el ocio y el negocio. En el ocio todos se lo pasaron en grande y pilotaron los deportivos de Ferrari, mientras que en el negocio es donde surgieron algunas dudas. La dirección anticipó un año difícil para el sector y para Glassdrive como parte destacada del mercado y los talleres pidieron un esfuerzo a la central en las negociaciones con las aseguradoras.  

 

 

 

 

 

Los talleres plantearon la necesidad de ser más agresivos en la negociación de los costes medios ya que su posición en el sector es delicada por su obligación de comprar más caro el material en un momento de guerra de precios en los que su competencia se está aprovechando de una bajada generalizada de las tarifas que sólo tiene un impacto parcial en los talleres de Glassdrive, que sólo tienen la posibilidad de comprar un 30% de su material fuera de Autover.