Un reconocido cristalero con más de dos décadas de experiencia nos indica los problemas que sufre el sector con márgenes bajísimos que recuerdan a los del sector del campo

"Los cristaleros tenemos menos margen que los agricultores"

"Los cristaleros tenemos menos margen que los agricultores". Esta contundente frase resume la situación de un sector que vive asfixiado desde hace una década por una política de bajísimos costes medios que han llevado a los talleres especialistas de lunas en una situación de absoluta supervivencia agónica.

 

 

 

La frase con la que abrimos esta información nos la 'regaló' un profesional con más de dos décadas de trabajo en el sector de cristalería con el que charlamos hace unos días. Este cristalero con dilatada experiencia comparaba su sector con el de la agricultura que está levantada en 'armas' debido a la diferencia entre lo que recibían por su trabajo y el beneficio que sacaban quienes les compraban.

 

 

 

En el caso de la cristalería del automóvil, los especialistas llevan con los mismos costes medios desde hace una década "pero pagamos mucho más en costes fijos como luz, salarios, alquileres etc... Así no salen los números".

 

 

 

 

 

La principal queja de este profesional se enfocaba en la dualidad de tarifas que pagan las aseguradoras por el mismo trabajo: "Nosotros cobramos por la luna de un Audi A3 poco más de 400 euros, pero por ese mismo trabajo en un concesionario las aseguradoras pagan casi 2.000. El precio real es el del concesionario, el nuestro está tirado por los suelos, pero mientras haya una red, que todos conocemos, que siga bajándose los pantalones por conseguir volumen de trabajo esto tiene poca solución".

 

 

 

 

 

 

La única solución en el sector para acabar con esta situación en la que los especialistas cobran precios de saldo mientras el resto de talleres cobran el precio real de una sustitución es que haya una actitud valiente por parte de todas las redes e impongan por una vez su criterio y haya una unidad de acción, pero siempre hay ese descarriado vestido de verde...