Empleados y familiares contactan con INFOLUNA para denunciar que los talleres Ralarsa siguen abiertos pero trabajan sin mascarillas ni guantes suficientes y están en pánico

"Ralarsa debería cerrar ya, se está poniendo en peligro a los empleados, a sus familias y a la sociedad por ganar cuatro euros"

"Ralarsa está poniendo en peligro a los empleados, a sus familias y a la sociedad por ganar cuatro euros". Esta frase se repite entre los trabajadores de la empresa catalana y sus familiares que no entienden cómo su director general Joan Jordi Arsalaguet sigue abriendo sus talleres en una situación de pandemia y con un altísimo riesgo de contagio entre los técnicos, sus familiares, clientes o las personas con las que se crucen en el camino de ida y vuelta al trabajo.   

 

 

Trabajadores y familiares de empleados de Ralarsa han contactado con INFOLUNA para denunciar una situación que consideran muy peligrosa y que ha hecho que muchos de ellos entren en pánico y estén sucediéndose las episodios de ansiedad entre empleados y familiares que viven el día a día con enorme tensión debido a la 'obsesión' sel director general por no dejar de facturar ni un solo día pese a los riesgos que corren sus trabajadores.   

 

 

 

 

Mientras desde la empresa se transmite a las aseguradoras que en sus talleres hay material en forma de mascarilllas y guantes suficientes para garantizar la salud de sus empleados, desde los talleres se escandalizan por estas afirmaciones y nos transmiten que trabajan sin material higiénico. El protocolo actual obliga a que los trabajadores tengan que utilizar una mascarilla  modelo FFP2 (N-95) cada día y dos pares de guantes ´de nitrilo, vinilo o latex cada día, ya que se deben utilizar un par por la mañana, quitárselos para comer, tiralos y volver a ponerse unos nuevos por la tarde.    

 

 

 

 

 

 

Este material, según nos indican los trabajadores, no ha llegado a los talleres y muchos de ellos van a trabajar con lo que van consiguiendo por su cuenta. Esta situación comienza a ser dramática en algunos casos y la paciencia de estos trabajadores se está agotando. Espera que la dirección entre en razón y cuide su salud antes de que ocurra un contagio que todos temen cada vez más.