Miércoles, 05 de Noviembre de 2025

Actualizada Miércoles, 05 de Noviembre de 2025 a las 11:48:25 horas

Redacción Infoluna | 1358
Jueves, 16 de Julio de 2020
Carlos Lluch, director técnico de la correduría Lluch & Juelich Broker, ataca las malas prácticas de las aseguradoras y a colegas que "son un cáncer para esta profesión"

"El truco de las aseguradoras es simple y se basa en pagar mal a los talleres, utilizar recambios no oficiales o reutilizados y recortar en peritos"

Carlos Lluch, director técnico de la correduría Lluch & Juelich Broker ha ùblicado un interesante artículo en ADN del Seguro  el que ataca la política de precios de las aseguradoras y las consecuencias que tiene en los talleres y la calidad de piezas y servicio que recibe el asegurado.
 
 
[Img #20139]
 
 
 
En la obsesión por el precio en la que hemos (entre todos) conseguido meter a una inmensa masa de la población, la de los incautos que creen en los duros a tres pesetas, hay que incluir a una serie de aseguradoras (pocas, aún) que con el mensaje de  tráenos tu seguro que te bajamos el precio, sea el que sea”, están haciendo un flaco favor, no solo al seguro en general, sino también a sus propias cuentas de resultados pues pueden estar cayendo en el llamado dumping, que no es otra cosa que vender por debajo de coste. 
 
 
Eso sí, puede que el daño no se haga al ROE sino a su reputación ya que puede evitarse el vender bajo coste, siempre que consigan que baje su coste respecto al de sus competidores directos. ¿Cómo? Pues el truco es simple: ofrecer coberturas de peor calidad dónde se puede, poner todas las trabas posibles a la libre elección de taller o reparadores de todo tipo conculcando la Ley de Contrato de Seguro (segundo párrafo del art 18), pagar mal a los profesionales que te sirven, utilizar recambios no oficiales o reutilizados, recortar en las periciales, poner cupos mensuales a los peritos o – peor aún – subastar lotes de siniestros donde  el importe de la indemnización quedará comprometido… ¡Todo vale para rascar donde no debería haber nada que llevarse a la boca!
 
[Img #20141]
 
 
 
Para un mediador, nada es más fácil que el consabido “trae tu póliza que la mejoro”. Esa mejoría, simplemente, se basará en el precio, como tú y yo sabemos. Aún recuerdo a Baldomero, un agente que me quitó una póliza de comunidad que llevaba franquicia por la edad de las instalaciones prometiendo al presidente hacerla sin franquicia. Lo consiguió cambiando la superficie construida y la fecha de edificación cuadrando al céntimo la prima. Esa actitud de rebajar el coste del contrato preexistente ha sido potenciada por las aseguradoras, quienes ofrecen descuentos comerciales a los grandes productores, lo que lleva a una canibalización continua del negocio y a acostumbrar a los clientes a que el más difícil todavía, en precio, es posible. Luego vienen los quebraderos de cabeza y las quejas.   
 
 
[Img #20140]
 
 
Pero, además, esa estrategia es muy peligrosa si el mediador precedente no era fino, porque acabamos de meter en nuestra cartera un contrato plagado de errores que no se han corregido, de faltas de actualización de actividades en negocio, de capitales en todo tipo de riesgos e incluso de circunstancias de agravación o reducción de riesgos que un mero y simple estudio previo del riesgo (bajo la luz del aprendizaje) habrían bastado para evitar. En la mayoría de los casos, esos estúpidos mediadores del “trae tu póliza” no son más que perpetuadores de errores a más bajo precio. Puede que ganen viajes y rappeles, pero eso no significa que sean más que un cáncer para esta profesión. 
 
 
 
[Img #20142]
 
 
Tal vez por esa combinación de estupidez y de malas prácticas acabemos en aquello que dibujaba hace años Mapfre: el 70% de las empresas con un siniestro grave no vuelve a abrir sus puertas. Una historia de fracaso absoluto para el sector asegurador con una causa clara: el factor humano que ronda en el sector.  En particular, yo afirmo que una buena parte del sector asegurador ya no tiene inspectores de riesgos ni analiza lo que se contrata bajo su marca, simplemente, porque ha pasado a suscribir en el momento del siniestro. Con ello, obviamente, el sector sufre, pero lo hace en la reputación colectiva, mientras los bonus de los directivos y aquellos de los distribuidores sin escrúpulos se disparan. 
 
 
 
 
 
Y vuelvo al principio. La regla de Hanlon dice que jamás debemos atribuir a la maldad lo que puede explicarse con la estupidez. Por su parte, el economista Carlo Cipolla definía al malvado como aquel que quiere obtener los beneficios del inteligente (que es quien gana valor aportando valor), pero es incapaz de aportar valor, por lo que tiene que ganar causando daño. Cipolla también nos advertía de que, entre todos los humanos – añadiré también a las organizaciones– los más peligrosos son los estúpidos, pues no solo dañan a los demás, sino también a sí mismos. 
 
 
 
 
Y es que, en seguros, como en cualquier actividad humana, a todo cerdo le llega su San Martín. 
 
 
 
O eso espero.

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.85

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.