Un estudio científico desarrollado por una universidad británica demuestra cuál es el porcentaje de roturas en parabrisas con daño desde 0 grados a -10
La ciencia te explica porqué este va ser el enero con más roturas de lunas en décadas
Desde hace 40 años en muchas zonas de España no se registraban nevadas tan intensas y temperaturas tan bajas. De hecho, este nivel tan bajo de temperaturas provoca enormes problemas a nivel de movilidad pero supondrá una ventaja para incrementar el volumen de trabajo en las sustituciones de parabrisas, ya que se dan todos los condicionantes para que se disparen las roturas de lunas.
Ya en 1921, A.A. Griffith demostró que una pieza de vidrio dañada es mucho más débil que una sin daños. También, que, cuanto mayor sea el impacto, menor será la fuerza necesaria para hacer que este daño se vea incrementado. En el estudio de 1967, publicado por Wiederhom, se demuestra como un impacto necesita tensiones extremadamente pequeñas para aumentar el daño de forma continua. Los estudios llevados a cabo por Belron Technical demuestran que la temperatura y sus variaciones son otro factor que afecta en el crecimiento del daño del parabrisas.
Por lo expuesto, la velocidad de crecimiento dependerá de:
- Cada unidad de parabrisas.
- El tamaño del impacto.
- Las tensiones recibidas.
- Las tensiones acumuladas.
- Los cambios de temperatura.
- La humedad del ambiente.
La combinación de estos seis factores, por separado o en conjunto, puede llegar a colapsar el parabrisas.
Cargass realizó un completo estudio sobre daños en parabrisas y durante los experimentos realizados a temperaturas extremas de -10 ºC, el 81 por ciento de los parabrisas probados se rompió en menos de cinco minutos después de encender la calefacción. A -5º, la tasa fue del 70 por ciento. Cuando la temperatura se mantiene a 0º, el 59 por ciento de los parabrisas se rompieron. Estas pruebas también se realizaron con parabrisas reparados por Carglass y ninguno se rompió. Por otra parte, también se realizaron pruebas con alta temperatura con el parabrisas a 80º y el interior del coche a 30º, como cualquier día de verano al sol. En este caso ninguno llegó a colapsar, aunque el impacto creció de forma visible.
En numerosas provincias se han superado las temperaturas de -10º, los parabrisas han estado soportando el peso y la presión de la nieve a bajas temperaturas durante varios días y todo apunta a que se van a producir numerosos daños en las lunas. De hecho, se podrían doblar los trabajos de lunas respecto a un mes de enero normal.
![[Img #20755]](https://infoluna.com/upload/images/01_2021/6743_rotura.jpg)
Ya en 1921, A.A. Griffith demostró que una pieza de vidrio dañada es mucho más débil que una sin daños. También, que, cuanto mayor sea el impacto, menor será la fuerza necesaria para hacer que este daño se vea incrementado. En el estudio de 1967, publicado por Wiederhom, se demuestra como un impacto necesita tensiones extremadamente pequeñas para aumentar el daño de forma continua. Los estudios llevados a cabo por Belron Technical demuestran que la temperatura y sus variaciones son otro factor que afecta en el crecimiento del daño del parabrisas.
Por lo expuesto, la velocidad de crecimiento dependerá de:
- Cada unidad de parabrisas.
- El tamaño del impacto.
- Las tensiones recibidas.
- Las tensiones acumuladas.
- Los cambios de temperatura.
- La humedad del ambiente.
La combinación de estos seis factores, por separado o en conjunto, puede llegar a colapsar el parabrisas.
![[Img #20756]](https://infoluna.com/upload/images/01_2021/4865_sumario-carglass1.jpg)
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