A.G.H., apodado Alvarito, que batió el récord de roturas de lunas en un mismo día en una población, lo pagará caro
Multa ejemplar para el 'rompelunas' que llenó de trabajo los talleres de cristalería de Burgos en un solo día
El condenado como autor de la rotura de lunas de hasta 67 vehículos la noche del 19 de octubre de 2019 en diversos puntos de Aranda de Duero (Burgos) es un viejo conocido tanto de la Policía Nacional como de los Juzgados. Este vecino de Aranda, A.G.H., apodado Alvarito, tiene 38 años, y diversas detenciones y antecedentes penales en su ficha. Antes de esta última sentencia, fue condenado a dos años de prisión por el Juzgado de lo Penal 2 de Burgos por un delito de daños. Hace menos de un mes, el magistrado de la Sala 3 de lo Penal dictó sentencia por un delito de daños continuados por reventar las lunas de todos esos coches con un martillo que se le intervino en el momento de su detención.
![[Img #21062]](https://infoluna.com/upload/images/04_2021/9474_aranda-1.jpg)
La condena impuesta en este juicio, que él mismo ratificó y que por lo tanto ya es firme, se eleva a de 16 meses de multa a razón de 6 euros al día, además de tener que indemnizar a los propietarios de cinco vehículos que aún no habían recibido su compensación por los daños. Así, asciende a 3.708 euros, más los intereses legales y las costas del procedimiento, que incrementan la factura.
![[Img #21063]](https://infoluna.com/upload/images/04_2021/7601_sumario-aranda-1.jpg)
Los vehículos afectados aquella noche por los actos delictivos de este individuo fueron más, a tenor de la acumulación de trabajo que sufrieron los talleres de la ciudad los días posteriores, pero no todos presentaron la correspondiente denuncia en Comisaría, limitándose a dar parte a sus seguros y llevar el coche a reparar.
![[Img #21064]](https://infoluna.com/upload/images/04_2021/8008_camara_deportiva_kinglass_infoluna.gif)
Desde el momento en el que se conocieron los hechos, la Policía Nacional se puso tras la pista de este hombre tanto por el tipo de daños como por contar en su poder con imágenes de cámaras de seguridad situadas en las calles en las que actuó donde se le veía pasar con una mochila negra y en bicicleta.
Al detenerle, él mismo se encargó de avisar a los agentes de que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y de reconocer que también había sido el autor del incendio que afectó meses antes a un cajero de una oficina bancaria en Aranda.
El condenado como autor de la rotura de lunas de hasta 67 vehículos la noche del 19 de octubre de 2019 en diversos puntos de Aranda de Duero (Burgos) es un viejo conocido tanto de la Policía Nacional como de los Juzgados. Este vecino de Aranda, A.G.H., apodado Alvarito, tiene 38 años, y diversas detenciones y antecedentes penales en su ficha. Antes de esta última sentencia, fue condenado a dos años de prisión por el Juzgado de lo Penal 2 de Burgos por un delito de daños. Hace menos de un mes, el magistrado de la Sala 3 de lo Penal dictó sentencia por un delito de daños continuados por reventar las lunas de todos esos coches con un martillo que se le intervino en el momento de su detención.
La condena impuesta en este juicio, que él mismo ratificó y que por lo tanto ya es firme, se eleva a de 16 meses de multa a razón de 6 euros al día, además de tener que indemnizar a los propietarios de cinco vehículos que aún no habían recibido su compensación por los daños. Así, asciende a 3.708 euros, más los intereses legales y las costas del procedimiento, que incrementan la factura.
Los vehículos afectados aquella noche por los actos delictivos de este individuo fueron más, a tenor de la acumulación de trabajo que sufrieron los talleres de la ciudad los días posteriores, pero no todos presentaron la correspondiente denuncia en Comisaría, limitándose a dar parte a sus seguros y llevar el coche a reparar.
Desde el momento en el que se conocieron los hechos, la Policía Nacional se puso tras la pista de este hombre tanto por el tipo de daños como por contar en su poder con imágenes de cámaras de seguridad situadas en las calles en las que actuó donde se le veía pasar con una mochila negra y en bicicleta.
Al detenerle, él mismo se encargó de avisar a los agentes de que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y de reconocer que también había sido el autor del incendio que afectó meses antes a un cajero de una oficina bancaria en Aranda.
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