"Los talleres de chapa no son caros con los parabrisas, el problema es que las redes de lunas ¡¡¡trabajan por limosnas!!!"

La pasada semana compartimos un vídeo en el que un carrocero intentaba exhibir sus habilidades para cambiar un parabrisas. Sus limitaciones y errores en muchos aspectos dejaban claro que su trabajo era deficiente y que el cliente recibía un servicio muy por debajo en calidad respecto a un taller especialista de lunas.

Sin embargo, a pesar de que el trabajo distaba del de un verdadero especialista, la factura que iba a pagar ese taller triplicaba la de cualquier red de lunas concertada. Una situación poco comprensible que tiene poca comparación con otros servicios profesionales. ¿Alguien entendería que un bue cirujano cobrara por una operación tres veces menos que un curandero?

Jesús, un lunero veterano pero cansado de la situación que vive sus sector, comparte su análisis sobre este trabajo: "Mucha idea el chico no tiene, aunque el piensa lo contrario, pero por lo ,menos pone una luna original de calidad y no las que ponemos en nuestros talleres que serán de primeras marcas pero que no son iguales. Como por ejemplo en el detalle de la espuma insonorizadora que casi nadie monta y más errores".

El especialista en cristalería no cree que la factura del carrocero sea exagerada, más bien al contrario, y critica al sector por su conformismo: "Él no tiene ningún acuerdo con las aseguradoras así que no digáis que es caro 600-700 porque es su precio real y el que lo haga por 200-300 por la tarifa plana, que se aguante y apechugue con los acuerdos que haya hecho su red, pero que quede claro que los talleres normales de chapa no son caros, sino que las redes ¡¡¡trabajan por limosnas!!!".

Tras ver este trabajo, un lunero andaluz comparte la misma visión que Jesús: "Se te abren las carnes viendo a ciertos profesionales facturar a 700 euros trabajos mal hecho que nosotros hacemos perfectamente por tres veces menos, pero el problema no es que ellos cobren caro sino que nosotros cobramos barato. Debemos luchar por subir el precio de nuestro trabajo porque seguiremos siendo baratos y necesarios para las aseguradoras. Si en lugar de 180 o 200 euros cobráramos 220 o 250, a las compañías les seguiría compensando. Aprovechemos nuestra fuerza unidos, aunque esto parezca casi un imposible. El problema es que mientras haya alguien capaz de bajarse los pantalones por cuatro perras seguirán riéndose en nuestra cara con costes medios vergonzosos".