El vandalismo con 30 roturas de vidrios destapa un grave problema con ciertas piezas de cristalería en Madrid

La Guardia Civil y la Policía local ya han identificado a los autores de la rotura de hasta 30 vidrios en 23 coches en calle Señora Sergia de Torrelodones (Madrid). Algunos de ellos son menores y ya se está instruyendo el atestado para proceder a sancionarles.

Son chicos del barrio los que rompieron las lunas de los coches al parecer por un enfado. Y lo hicieron con un martillo pequeño que robaron de un autobús. Los vecinos se han quedado perplejos porque los autores no rompieron las lunas para robar sino que son chavales del barrio a quienes conoces. Por eso “cuesta creer por qué lo han hecho”, dicen.

Esta acto vandálico ha destapado también un problema en la resolución de los siniestros, ya que varios vecinos han señalado que no entienden como "para cambiar una ventanilla de un coche haya que esperar dos semanas. A mí me rompieron dos ventanillas y tengo el coche dos semanas aparcado en la calle con ellas rotas, me han dicho que hasta la semana que viene no tendrán las piezas para cambiarlas".

Este mismo problema de tardanza en la resolución del siniestro es compartido por otros vecinos que han acudido a talleres de la zona. El problema de distribución de recambios en cristalería se está multiplicando en toda España y el caso de Torrelodones es sintomático.

Por un enfado

Al parecer las roturas de los vidrios de los vehículos fue provocado con una causa curiosa. Los vándalos venían de una fiesta cercana en un chalet al que no les dejaron pasar y se fueron bastante enfadados. Fue entonces cuando se dedicaron a romper las lunas entre las 2 y las 3 de la mañana.

También subrayan que al parecer utilizaron un martillo metálico pequeño de los que se usan para romper las ventanas de los autobuses en caso de emergencia. Dicen los vecinos que no hace casi ruido porque no estallan los cristales y no se enteraron hasta el día siguiente.

Muchos señalan que es la gota que ha colmado el vaso de su paciencia, porque habitualmente tienen botellones y peleas porque quedan cerca de sus casas varios grupos de jóvenes estrictamente para pelearse y que la policía no les hace mucho caso porque no tienen efectivos suficientes. Piden más presencia policial en la zona.