La venta de Ralarsa genera una enorme inquietud en los departamentos de siniestros de lunas de las aseguradoras

La vuelta de las vacaciones de verano ha pillado con el pie cambiado a los responsables de siniestros de lunas de las aseguradoras de autos españolas. Estos directivos se fueron con un panorama muy bien estructurado y han regresado a sus oficinas con la amenaza de que esa estructura se desmorone.

En las oficinas de las compañías de seguros hay una enorme inquietud ante la incertidumbre que genera la venta de Ralarsa a la multinacional sueca Cary Group. Se trata de una operación que se hizo realidad a principios de agosto y que han conocido con enorme sorpresa nada más dejar el bañador tras sus vacaciones de agosto.

La adquisición de Ralarsa por parte de un sólido grupo empresarial respaldado por un fondo de inversión genera muchas dudas en las aseguradoras, ya que no saben exactamente a qué atenerse en el futuro con la red catalana tras años de acuerdos a la baja que han servido de muro de contención perfecto para evitar que se elevara el coste medio.

La llegada de un grupo empresarial que se caracteriza por mantener costes altos en los mercados donde lleva años operando (Suecia, Dinamarca y Noruega) puede suponer un momento de ruptura en el sector de lunas. Ralarsa ha sido siempre la red que ha negociado los precios más bajos del sector y eso ha sostenido una factura muy beneficiosa para las aseguradoras.

Si las compañías de seguros pierden a Ralarsa como un aliado en la generación de costes medios bajos saben que tendrán un problema, ya que se quedarán sin el comodín perfecto que ha impedido que se lograran los precios justos que demandan los profesionales de la cristalería del automóvil.

Las aseguradoras han torpedeado a llamadas a la central de Ralarsa para saber cuál va a ser la idea de los nuevos propietarios. Desde Ralarsa les han tranquilizado y han asegurado que nada cambia...de momento.

Cary Group tiene que decidir cuál será su estrategia en España y no se descarta que continúe con la línea de calidad en el material y costes medios altos que ha defendido durante los últimos años en varios mercados europeos. Seguir esa línea sería de gran ayuda para que el sector de lunas pueda romper con una situación de bloqueo que ha llevado al límite a muchos talleres.

Las aseguradoras temen que Ralarsa abandone esa posición de aceptación de precios bajos y que esto suponga una auténtica revolución en el sector. Todo apunta a que habrá un cambio radical y eso hace temblar muchas sillas entre los ejecutivos que disparan su bonus año tras año.