La fábrica de Llodio esperaba aprovechar el momento de crisis de piezas de vidrio en Europa pero se multiplican las amenazas para aprovechar esta situación
Guardian (ahora Glavista) se enfrenta a dos graves problemas que le llevarían a disparar sus precios y a reducir su stock
Glavista, la nueva marca que se ha inventado Guardian para dejar atrás su mala trayectoria y pérdida de reputación en los últimos años entre los talleres de lunas españoles, se frotaba las manos ante el problema de la cadena de suministros mundial que amenazaba con reducir el número de piezas que llegarán a Europa desde mercados asiáticos pero de manera repentina se le acumulan los problemas y su futuro se está oscureciendo.
La fábrica de cristalería del automóvil de Llodio no podrá producir de manera barata como hasta ahora y sus piezas también se verán afectadas por la carencia de ciertos materiales necesarios para la fabricación de parabrisas como es el plástico necesario para crear el pvb que va entre las dos capas de vidrio de la luna.
![[Img #21703]](https://infoluna.com/upload/images/10_2021/3307_llodio-2.png)
Estos dos problemas se van a acumular y van a provocar con casi total seguridad una subida de los precios de la marca así como una reducción del volumen de piezas ante la ausencia del imprescindible pvb.
Y es que la subida del precio de la luz no solo repercute de forma directa en el bolsillo de los consumidores, sino que también lo hace en el de las empresas. En particular, en el de la industria que transforma materias primas en materiales como vidrio, acero, aluminio, silicio o zinc, y cuyos costes de producción dependen hasta en un 50% del precio de la energía, como indica la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE). Ese crecimiento de los precios de la electricidad y también de algunas materias primas y otras fuentes de energía, como el gas natural, hace que los costes de producción de esta industria aumenten. A su vez, esto ha provocado que algunas empresas que compiten a nivel internacional puedan verse abocadas a paralizar la producción, al menos de forma temporal. Como precisa a Newtral.es Enrique Loredo, profesor de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo, esto puede suceder “cuando no dispongan de margen para absorber los nuevos costes y tampoco puedan traspasarlos a sus clientes”.
"Una situación límite en la industria"
Aunque los precios de la electricidad para las compañías dependen del acuerdo concreto que tengan con la distribuidora energética, el incremento del coste energético en España implica que los productos generados por la industria no sean competitivos frente a los de otras empresas internacionales. “Tú puedes arrancar la máquina para perder dinero un período de tiempo corto o para perder un poco de dinero o para ser un poco menos competitivo, pero, claro, una situación como la actual es límite”, exponen desde la AEGE. Esto genera un panorama que deja ver sus consecuencias en la red empresarial.
Para Gerardo Cortijo, responsable de Política Industrial de la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CCOO), existe una doble preocupación. “Nos preocupa que esto se pueda extender en el tiempo y, sumado a crisis de abastecimiento de materias primas, al incremento de la logística marítima, como también al tema de los semiconductores, podamos estar viviendo una situación de tormenta perfecta”, expone, aunque dice que, de momento, no están “en alerta roja”, pero sí “preocupados”. “Muchas fábricas depende mucho de la electricidad y eso repercute mucho en sus costes de producción, en el precio final de lo que producen. Pues en un mercado que está bastante globalizado, por no decir totalmente globalizado, tienen problemas de competitividad”, resume a Newtral.es Emiliano Fernández de Pinedo Fernández, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad del País Vasco.
Glavista, la nueva marca que se ha inventado Guardian para dejar atrás su mala trayectoria y pérdida de reputación en los últimos años entre los talleres de lunas españoles, se frotaba las manos ante el problema de la cadena de suministros mundial que amenazaba con reducir el número de piezas que llegarán a Europa desde mercados asiáticos pero de manera repentina se le acumulan los problemas y su futuro se está oscureciendo.
La fábrica de cristalería del automóvil de Llodio no podrá producir de manera barata como hasta ahora y sus piezas también se verán afectadas por la carencia de ciertos materiales necesarios para la fabricación de parabrisas como es el plástico necesario para crear el pvb que va entre las dos capas de vidrio de la luna.
Estos dos problemas se van a acumular y van a provocar con casi total seguridad una subida de los precios de la marca así como una reducción del volumen de piezas ante la ausencia del imprescindible pvb.
Y es que la subida del precio de la luz no solo repercute de forma directa en el bolsillo de los consumidores, sino que también lo hace en el de las empresas. En particular, en el de la industria que transforma materias primas en materiales como vidrio, acero, aluminio, silicio o zinc, y cuyos costes de producción dependen hasta en un 50% del precio de la energía, como indica la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE). Ese crecimiento de los precios de la electricidad y también de algunas materias primas y otras fuentes de energía, como el gas natural, hace que los costes de producción de esta industria aumenten. A su vez, esto ha provocado que algunas empresas que compiten a nivel internacional puedan verse abocadas a paralizar la producción, al menos de forma temporal. Como precisa a Newtral.es Enrique Loredo, profesor de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo, esto puede suceder “cuando no dispongan de margen para absorber los nuevos costes y tampoco puedan traspasarlos a sus clientes”.
"Una situación límite en la industria"
Aunque los precios de la electricidad para las compañías dependen del acuerdo concreto que tengan con la distribuidora energética, el incremento del coste energético en España implica que los productos generados por la industria no sean competitivos frente a los de otras empresas internacionales. “Tú puedes arrancar la máquina para perder dinero un período de tiempo corto o para perder un poco de dinero o para ser un poco menos competitivo, pero, claro, una situación como la actual es límite”, exponen desde la AEGE. Esto genera un panorama que deja ver sus consecuencias en la red empresarial.
Para Gerardo Cortijo, responsable de Política Industrial de la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CCOO), existe una doble preocupación. “Nos preocupa que esto se pueda extender en el tiempo y, sumado a crisis de abastecimiento de materias primas, al incremento de la logística marítima, como también al tema de los semiconductores, podamos estar viviendo una situación de tormenta perfecta”, expone, aunque dice que, de momento, no están “en alerta roja”, pero sí “preocupados”. “Muchas fábricas depende mucho de la electricidad y eso repercute mucho en sus costes de producción, en el precio final de lo que producen. Pues en un mercado que está bastante globalizado, por no decir totalmente globalizado, tienen problemas de competitividad”, resume a Newtral.es Emiliano Fernández de Pinedo Fernández, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad del País Vasco.
Domu | Lunes, 15 de Noviembre de 2021 a las 15:49:27 horas
No hay problema, que no pueda convertirse en una oportunidad
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