"A mí me llega un coche con un parabrisas caro y lo mando directamente al concesionario, así ganamos los dos y pierde la aseguradora"

Hecha la ley, hecha la trampa. Si me intentas ahogar, yo intento sacar la cabeza para respirar como sea. Los cristaleros con los que hemos contactado lo tienen claro y coinciden en que hay que buscar alternativas para sobrevivir en un momento en el que el coste medio tiene menos sentido que nunca y aprieta sin escrúpulos las cuentas de los talleres.  

En un momento con materiales a precios disparados, con la luz como un servicio de lujo y todos los gastos subiendo sin parar, ya solo quedaba que los talleres de cristalería del automóvil se enfrentaran a un año récord en las penalizaciones por desviarse en exceso de los 190-200 euros de coste medio.  

¿Qué solución han encontrado muchos cristaleros para evitar ese riesgo de multa por no cumplir con las condiciones pactadas entre las redes y las compañías de seguros? sencillo, se facturan los servicios de sustitución de lunas de coches con piezas baratas y se desvían o se evita realizar aquellos vehículos que no dejan ningún margen e inflan el coste medio.  

Un cristalero murciano nos explica en qué consiste su estrategia para evitar realizar los servicios de coches caros pero conseguir ganar dinero con ese cliente al que le pone una excusa para que se vaya de su taller. "A mí me viene un BMW, un Mercedes o un Volvo y ya tengo la excusa preparada para no hacer ese servicio diciéndole que la pieza va a tardar dos semanas en llegar. En ese momento le dirijo hacia los concesionarios con los que colaboro y en lugar de perder 300 euros gano 120 por dos horas de trabajo".   

Lo que le sorprende a este veterano cristalero, y a todos con los que hemos contactado es que "mientras a los talleres de lunas les obligan a cambiar parabrisas de coches caros a 200 euros, en los talleres de chapa y los concesionarios el perito no les pone ni una pega para cobrar por ese mismo trabajo entre 800 y 1.000 euros. como todos sabemos que eso es así y que en los talleres oficiales y de chapa no tienen ni idea de cómo cambiar ciertas lunas con tecnología añadida, pues ahí estamos los supervivientes para ganar dinero en lugar de perderlo como quieren las aseguradoras".   

Otro aspecto que ha disparado esta práctica entre los luneros es el mantenimiento de las tarifas que pagan las aseguradoras cuando las lunas están un 20-25% más caras que hace un año: "¿De qué se creen las aseguradoras que vivimos? Yo al menos no voy a trabajar a perdida y mientras pueda voy a derivar el mayor número de trabajos a quienes sí les pagan bien ese servicio. Yo, de hecho, ya tengo cerrados un montón de acuerdos con los concesionarios de mi zona, así ganamos todos y podemos sobrevivir algunos mientras se mantiene un sistema sin sentido que solo sirve para llevar a todos los compañeros a la ruina".