Fue una figura clave en la mítica red Arevalillo y uno de los visionarios que apostó por la creación de talleres especialistas de lunas cuando aseguradoras y talleres de chapa lo veían como una actividad menor
El sector de lunas español despide a Alfonso Largo, uno de sus grandes referentes históricos
El sector de lunas español despide a unos de sus grandes referentes históricos. Alfonso Largo ha fallecido a los 74 años y detrás deja una historia de pasión por una especialidad como la cristalería del automóvil en la que participó activamente en su evolución y modernización.
Alfonso Largo fue un cristalero que ayudó a muchos a aprender el oficio y enseñó a varias generaciones de profesionales en Madrid a hacer mejor un sector que buscaba su sitio tras muchos años siendo una labor menor en los talleres de chapa. Uno de esos visionarios que adelantó un futuro brillante en la especialización de lunas.
En 2010, con 62 años, decidió retirarse tras 23 años siendo enseña y emblema de generaciones posteriores que le trataban con un enorme respeto y admiración. Más de dos décadas en las que perteneció a los pioneros de Arevalillo y donde terminó con un broche brillante en sus dos últimos años dentro del Grupo Lunia.
Como homenaje a este referente del sector recuperamos la entrevista que concedió a INFOLUNA en la despedida como profesional de la cristalería del automóvil.
Fue en 2010 cuando explicaba cómo llego al sector de lunas casi por accidente: "La verdad es que cuando me acerqué al sector no sabía nada de él. Era ferroviario y un amigo me dijo que Arevalillo buscaba un vendedor. Fui a ver al gerente Francisco López Arevalillo y me dijo que buscaban a alguien que le gustarán las ventas y con ganas de trabajar. Tenía claro que podíamos vender muchas lunas en España. Tras esa entrevista a los 10-12 días me llamaron, dejé Renfe y el 1 de agosto de 1987 comencé en Arevalillo. Era un riesgo porque estaba fijo y llevaba 7 años pero me lancé".
![[Img #22384]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/1498_alfonso-2.jpg)
Recuerda cómo comenzó su trabajo en el sector de lunas: "Vendíamos lunas de cristalería española, la actual Saint Gobain. Había que hacer muchos kilómetros en coche y buscar posibilidades porque se buscaba vender sobre todo fuera de Madrid. Eran lunas baratas y se facturaban bien, el margen era alto. Eso sí, la distribución era artesanal y el tratamiento con la gente era muy cercano. Autover no existía y la distribución se hacíaa a través de varios clientes, no existía una red de distribución propiamente dicha. Nosotros éramos un brazo más de Cristalería Española, la actual Saint Gobain Autover.
Recordaba que tuvo "que aprender a la carrera, hablar con mucha gente del negocio pero rápido me di cuenta que el negocio no estaba en vender lunas sino en instalarlas".
![[Img #22386]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/9497_sumario-alfonso-2.jpg)
Visionó un futuro muy rentable con muchos talleres de lunas: "Se trataba de abrir muchos talleres pequeños en muchas zonas donde no había nada, buscando alquileres económicos. Era una época en la que los seguros no tenían muy en cuenta a los cristaleros y Arevalillo vendía seriedad y confianza. No había apenas especialistas y en muchos casos ejercí de consultor de muchos para orientarles de cómo ganar dinero con las lunas. Orientarles para que llegaran a las aseguradores, corredores, peritos etc… Yo me acerqué a las aseguradoras para ver cómo pensaban y te dabas cuenta que no lo veían como importante.
Lo que no contaba apenas en los años 80 del pasado siglo era la reparación: "Me acuerdo que al mes de entrar en Arevalillo el jefe me enseñó un maletín de aluminio con un equipo de reparación (1987) y me explicaron para que valía pero ni se le enseñaba al usuario. Cogí el equipo y me fui a una compañía y les dije que se podían reparar lunas. En Mapfre gustó pero al final no cuajó. Volví a Arevalillo y lo conté y a mis jefes no les sentó nada bien. Más adelante en 1998-99 empecé una campaña a favor de la reparación para hacer frente a Carglass y me acusaron de querer hundir la empresa. Hice la reflexión que si Carglass lo hacía y eran los mejores ese era el camino adecuado. Convencimos al jefe de Arevarillo y realizamos una campaña junto a la Mutua madrileña y formamos al personal.
A partir de que Carglass comenzó a 'martillear' con la reparación todo cambió de manera radical en el sector de lunas: "Hubo un efecto dominó. Carglass marcó el camino. En algunas compañías no creían en la reparación pero al legar una multinacional y hacerlo se hizo más creíble. Ahora la reparación ya es un hecho real y contundente. Estamos en un 30% cuando hace unos años parecía una utopía llegar al 20%. Es una gran manera de captar al cliente".
Su pelea siempre se centró en las calidades del vidrio: " Por ejemplo, Saint Gobain Sekurit es luna de primera, de primer equipo, la mima del fabricante de coches. Es más caro pero es lo mejor. Yo en este caso siempre he dado el mismo argumento. Con estas lunas se vende el lacoste del Corte Inglés pero luego está el Lacoste del mercadillo, que a la segunda lavada ya ha perdido el color. Pero aún nos e valora en su debido punto la calidad del vidrio. Se paga igual por una sustitución con vidrio malo que bueno. Yo siempre trabajé con lunas de calidad. En Arevalillo primero y en los últimos años en Lunia siempre se apostó por luna de calidad, por eso no te puedes permitir regalar un abrigo por colocar una luna como otros.
Alfonso Largo recordaba con mucha decepción personal los últimos años de trabajo en un rreferente nacional como Arevalillo: "Mira yo me lo pasé en grande trabajando en Arevalillo durante mucho años. Hacia miles de kilómetros al mes y disfrutaba, sentía la empresa a tope y a la mayoría de mis compañeros les pasaba lo mismo sino era imposible esa expansión del negocio, necesitas gente comprometida. El fracaso no tenía cabida, pero en 1997 hubo una fractura en la empresa que se veía venir. El gerente tomó al decisión de irse y se hizo cargo del negocio el padre. Todo cambió y ya costaba mucho más sacar proyecto adelante. Entre 2006 y 2007 me mataron la iluisón y a otros compañeros también. Se instauró la incongruencia en el negocio. El 30 de diciembre de 2008 se acabó mi etapa en Arevalillo.A partir de ahí entro en una red en expansión como Lunia y mi mayor sorpresa que no entraba en mis cálculos era que empecé a aprender cosas nuevas del sector. Volví a trabajar con un equipo de gente joven, con unas ganas de trabajar, ilusión y fortaleza que me recordaba a los buenos tiempos de Arevalillo. Eso ha hecho que Lunia se situara como una compañía sólida en las compañías y en el sector gracias a su manera de gestionar todos los procesos.
Pasé de una empresa en la que sufrí lo indecible junto a algunos compañeros por apostar por la reparación a ver que en Lunia era un objetivo primordial y que se podía ofrecer la reparación a domicilio sin que nadie pusiera ni una traba".
![[Img #22383]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/8300_alfonso-1.jpg)
![[Img #22385]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/833_sumario-alfonso-1.jpg)
Como homenaje a este referente del sector recuperamos la entrevista que concedió a INFOLUNA en la despedida como profesional de la cristalería del automóvil.
Fue en 2010 cuando explicaba cómo llego al sector de lunas casi por accidente: "La verdad es que cuando me acerqué al sector no sabía nada de él. Era ferroviario y un amigo me dijo que Arevalillo buscaba un vendedor. Fui a ver al gerente Francisco López Arevalillo y me dijo que buscaban a alguien que le gustarán las ventas y con ganas de trabajar. Tenía claro que podíamos vender muchas lunas en España. Tras esa entrevista a los 10-12 días me llamaron, dejé Renfe y el 1 de agosto de 1987 comencé en Arevalillo. Era un riesgo porque estaba fijo y llevaba 7 años pero me lancé".
![[Img #22384]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/1498_alfonso-2.jpg)
Recuerda cómo comenzó su trabajo en el sector de lunas: "Vendíamos lunas de cristalería española, la actual Saint Gobain. Había que hacer muchos kilómetros en coche y buscar posibilidades porque se buscaba vender sobre todo fuera de Madrid. Eran lunas baratas y se facturaban bien, el margen era alto. Eso sí, la distribución era artesanal y el tratamiento con la gente era muy cercano. Autover no existía y la distribución se hacíaa a través de varios clientes, no existía una red de distribución propiamente dicha. Nosotros éramos un brazo más de Cristalería Española, la actual Saint Gobain Autover.
Recordaba que tuvo "que aprender a la carrera, hablar con mucha gente del negocio pero rápido me di cuenta que el negocio no estaba en vender lunas sino en instalarlas".
![[Img #22386]](https://infoluna.com/upload/images/07_2022/9497_sumario-alfonso-2.jpg)
Visionó un futuro muy rentable con muchos talleres de lunas: "Se trataba de abrir muchos talleres pequeños en muchas zonas donde no había nada, buscando alquileres económicos. Era una época en la que los seguros no tenían muy en cuenta a los cristaleros y Arevalillo vendía seriedad y confianza. No había apenas especialistas y en muchos casos ejercí de consultor de muchos para orientarles de cómo ganar dinero con las lunas. Orientarles para que llegaran a las aseguradores, corredores, peritos etc… Yo me acerqué a las aseguradoras para ver cómo pensaban y te dabas cuenta que no lo veían como importante.
Lo que no contaba apenas en los años 80 del pasado siglo era la reparación: "Me acuerdo que al mes de entrar en Arevalillo el jefe me enseñó un maletín de aluminio con un equipo de reparación (1987) y me explicaron para que valía pero ni se le enseñaba al usuario. Cogí el equipo y me fui a una compañía y les dije que se podían reparar lunas. En Mapfre gustó pero al final no cuajó. Volví a Arevalillo y lo conté y a mis jefes no les sentó nada bien. Más adelante en 1998-99 empecé una campaña a favor de la reparación para hacer frente a Carglass y me acusaron de querer hundir la empresa. Hice la reflexión que si Carglass lo hacía y eran los mejores ese era el camino adecuado. Convencimos al jefe de Arevarillo y realizamos una campaña junto a la Mutua madrileña y formamos al personal.
A partir de que Carglass comenzó a 'martillear' con la reparación todo cambió de manera radical en el sector de lunas: "Hubo un efecto dominó. Carglass marcó el camino. En algunas compañías no creían en la reparación pero al legar una multinacional y hacerlo se hizo más creíble. Ahora la reparación ya es un hecho real y contundente. Estamos en un 30% cuando hace unos años parecía una utopía llegar al 20%. Es una gran manera de captar al cliente".
Su pelea siempre se centró en las calidades del vidrio: " Por ejemplo, Saint Gobain Sekurit es luna de primera, de primer equipo, la mima del fabricante de coches. Es más caro pero es lo mejor. Yo en este caso siempre he dado el mismo argumento. Con estas lunas se vende el lacoste del Corte Inglés pero luego está el Lacoste del mercadillo, que a la segunda lavada ya ha perdido el color. Pero aún nos e valora en su debido punto la calidad del vidrio. Se paga igual por una sustitución con vidrio malo que bueno. Yo siempre trabajé con lunas de calidad. En Arevalillo primero y en los últimos años en Lunia siempre se apostó por luna de calidad, por eso no te puedes permitir regalar un abrigo por colocar una luna como otros.
Alfonso Largo recordaba con mucha decepción personal los últimos años de trabajo en un rreferente nacional como Arevalillo: "Mira yo me lo pasé en grande trabajando en Arevalillo durante mucho años. Hacia miles de kilómetros al mes y disfrutaba, sentía la empresa a tope y a la mayoría de mis compañeros les pasaba lo mismo sino era imposible esa expansión del negocio, necesitas gente comprometida. El fracaso no tenía cabida, pero en 1997 hubo una fractura en la empresa que se veía venir. El gerente tomó al decisión de irse y se hizo cargo del negocio el padre. Todo cambió y ya costaba mucho más sacar proyecto adelante. Entre 2006 y 2007 me mataron la iluisón y a otros compañeros también. Se instauró la incongruencia en el negocio. El 30 de diciembre de 2008 se acabó mi etapa en Arevalillo.A partir de ahí entro en una red en expansión como Lunia y mi mayor sorpresa que no entraba en mis cálculos era que empecé a aprender cosas nuevas del sector. Volví a trabajar con un equipo de gente joven, con unas ganas de trabajar, ilusión y fortaleza que me recordaba a los buenos tiempos de Arevalillo. Eso ha hecho que Lunia se situara como una compañía sólida en las compañías y en el sector gracias a su manera de gestionar todos los procesos.
Pasé de una empresa en la que sufrí lo indecible junto a algunos compañeros por apostar por la reparación a ver que en Lunia era un objetivo primordial y que se podía ofrecer la reparación a domicilio sin que nadie pusiera ni una traba".













Luis Godoy Ballesteros | Lunes, 11 de Julio de 2022 a las 16:57:56 horas
Buen viaje al Cielo compañero y Amigo
Accede para responder