Tras las reparaciones y los tintados de lunas low cost, ahora llegan las calibraciones de cámaras a precio de ganga

El sector de lunas español lleva una década sin cayendo a un nivel de degradación preocupante en las tarifas de sus servicios que ha provocado en gran parte las aseguradoras pero en el que también ha influido la actitud de los profesionales de la cristalería del automóvil.  

Las compañías de seguros han ganado la batalla del coste medio y eso ha llevado a que los luneros busquen alternativas en otros servicios que no controlan las aseguradoras y que sirven de 'salvavidas' para aumentar la facturación y garantizar la supervivencia del negocio.  

El mejor ejemplo de esa degradación es la guerra de precios en reparaciones y tintados de lunas que se ha consolidado desde hace años en el sector de lunas. Cada vez es más habitual ver talleres que ofrecen reparaciones por 30 euros, cuando su tarifa habitual con una aseguradora oscila entre los 60 y los 90 y, sobre todo, se ha desplomado el precio de los tintados de lunas, donde trabajos que hace una década tenían una tarifa de entre 150 y 200 euros, ahora se cobran a 70 y, en ciertas zonas de Andalucía, incluso a 30 o 40 euros.  

Esa filosofía 'low cost' se ha asentado en el sector y puede incorporar en breve a un servicio que ha llegado para hacer crecer a los talleres de lunas como es la calibración de cámaras.  

El ejemplo del taller  MKR en Móstoles (Madrid) es un indicio de lo que puede llegar en el futuro. Este taller especializado en mecánica en general, ofrece a sus clientes calibraciones de cámaras a solo ¡30 euros!  

Esta estrategia de precios muy bajos en la calibración es un peligro para el futuro, ya que las compañías de seguros pueden utilizar a este tipo de talleres como soporte para negociar las calibraciones a tarifas muy reducidas y alejarse de los precios actuales entre 90 y 120 euros que manejan actualmente.   

Este taller madrileño, además, demuestra que la calibración es una oportunidad que muchos negocios de mecánica o chapa no van a dejar escapar esta oportunidad de facturación, ya que no solo hay que calibrar tras sustituir un parabrisas sino también tras una alineación de neumáticos o u golpe fuerte de chapa que suele desalinear la cámara.