"No os váis a creer con la burrada con la que me ha salido un perito 'listillo' al decirle que tenía que hacer una calibración dinámica"

La calibración es el presente de la cristalería del automóvil pero, sobre todo, es el futuro. Este servicio que cada vez gana más peso en el día a día del taller de lunas, sin embargo, encuentra en muchos casos una respuesta sorprendente por parte de los profesionales que deben tarificar y certificar el trabajo para que el asegurado reciba un vehículo en perfectas condiciones.  

Esos profesionales que se convierten en intermediarios claves en el servicio de calibración de cámaras en el parabrisas son los peritos. Un colectivo poco homogéneo y en el que existen aún demasiados componentes que carecen de la formación y el conocimiento necesarios para tarificar una calibración, ya sea estática o dinámica.  

Un caso claro de estas carencias en el conocimiento de un servicio que ya llega al 15% de los siniestros de lunas en España nos lo describe José, un cristalero andaluz que ha vivido un episodio singular al abordar una calibración dinámica en un Citroën C3 Aircross.  

"Uno con los peritos ya está curado de espanto, con los años que llevo en este sector me ha pasado de todo pero desde que han llegado las calibraciones no hay semana en la que no tengas que explicarle a un perito cosas que deberían ya saber. Como digo pensaba que los peritos ya no me iba a sorprender pero os vais a creer lo que me pasó con una calibración dinámica y un perito", nos señala José.   

El cristalero explica la singular situación: "El perito llegó a mi taller y le explico que el coche necesita de una calibración dinámica y sacarlos del taller para poder hacerlo. Me dice que haga la calibración solo por ciudad y le digo que tengo que salir a una carretera libre de coches y poner el vehículo a 60-80 km/h mínimo para saber su la calibración está bien hecha. Me dice que por carretera no hace falta y que con cualquier calle es suficiente. Era como una conversación de besugos porque le dijera lo que le dijera le daba igual", apunta el cristalero.  

El profesional de la cristalería, además, le tuvo que insistir en que una calibración dinámica "es mucho más complicada que una estática, requiere de más tiempo y es más cara. Él insistía en que bastaba con 5 minutos en marcha y que no iba a pagar más por eso".   

José insiste en que al final pudo convencerle de que era posible que tuviera que estar "hasta una hora circulando para conseguir que la calibración fuera exitosa. Si la carretera está atascada es muy difícil conseguir que la calibración sea correcta, necesitas a veces mucho tiempo y buenas condiciones pero él insistía que a él le han explicado que eso es un camelo y que no se necesitan tantos requisitos. Yo tengo claro que no me la iba a jugar dejando el coche sin calibrar perfectamente me dijera lo que me dijera, así que finalmente estuve más de media hora circulando y salió todo perfecto".  

La denuncia del cristalero es contundente: "Las aseguradoras tienen que ponerse las pilas y mandar peritos que sepan del tema porque nos estamos jugando vidas y no se pueden decir las burradas que escuché yo porque al final el que va a tener que dar la cara soy yo si hay un accidente".