Línea Directa acaba con la 'barra libre' en siniestros de lunas y activa el plan para hacerle la vida imposible al cliente que opte por la libre elección de taller

La inflación ha sacado los colores a un modelo de negocio como el de Línea Directa basado en pólizas a precios un 13% de media más bajos que su competencia. Sin embargo, el cambio de paradigma ha provocado el derrumbamiento de su modelo de negocio. Ha comenzado a perder dinero en autos y desde la dirección de la compañía de seguros han tomado una decisión drástica que acaba con la 'barra libre' en siniestros de lunas.  

Ante los malos resultados económicos desde la central de la aseguradora se ha decidido recortar de manera contundente la relación con los talleres de reparación de todo tipo y concentrar los siniestros en muy pocas redes que, en el caso de las lunas son dos: Carglass y Cristalbox.   

Hasta ahora Línea Directa tenía un socio prioritario en el sector de lunas pero dejaba cierta manga ancha para que otras redes e incluso talleres de chapa u oficiales pudieran trabajar con sus clientes habitualmente. Esa estrategia se ha derrumbado y se ha activado una nueva manera de relacionarse con los talleres que va a provocar una fuerte colisión en la que el gran perjudicado va a ser el cliente al que se expondrá a una nueva realidad incómoda que impactará en los talleres.   

¿Cómo va a complicar Línea Directa que los talleres no prioritarios puedan facturar un siniestro de lunas? No va a ser algo nuevo, de hecho ya lleva tiempo utilizándolo, pero ahora se van a disparar los casos en los que el cliente se va a encontrar en una situación que le va a hacer plantearse si merece la pena ir a un taller elegido libremente o acudir al que le ofrece la compañía de seguros.   

A partir de ahora los talleres de lunas que no eran prioritarios con Línea Directa tendrán que explicarle al cliente que debe adelantar el pago del siniestro de lunas y luego reclamar a la aseguradora que le reembolse ese dinero. Esa situación no va a convencer a muchos clientes, que ante la tesitura de tener que pagar y luego reclamar se lo va a pensar dos veces.  

Además, como lleva pasando desde hace años con Línea Directa, puede existir una diferencia entre la tarifa que pague el cliente al taller y la que considere justa la aseguradora, con lo que el asegurado puede incluso perder dinero.   

Otro aspecto que puede llevar al asegurado a convencerse de que no es una buena idea ir a cambiar su luna a un taller que no es que le propone su compañía de seguros es que se puede retrasar durante mucho tiempo la llegada de un perito que valore el daño y eso acabará desesperando a muchos clientes que decidirán ir a al centro que les propone su aseguradora.   

Línea Directa tiene otra 'arma' muy efectiva para convencer al cliente de que debe ir a al taller que le aconsejan y ese es la amenaza de aumento de la prima al año siguiente por no acudir al taller aconsejado.   Todos estos aspectos van a hacer que el cliente le de muchas vueltas a la posibilidad de ir a un taller que no recomiende Línea Directa y de esa manera la compañía de seguros controlará mucho más sus siniestros de lunas y reducirá drásticamente su factura en este terreno.