Debido al escaso margen de beneficio en cada trabajo y la intromisión de Reparabrisas en esa zona de España que complica conseguir reparaciones que ayuden a contener el coste medio

Duro golpe para Ralarsa con la despedida de un taller clave en una capital de provincia que cierra tras menos de tres años de actividad

Desde hace meses recibimos cartas y llamadas de franquiciados de Ralarsa que nos transmiten su descontento con la situación por la que atraviesan y el poco apoyo que reciben desde la central catalana.  

 

 

 

 

Los franquiciados señalan el escaso margen que tienen en cada servicio de sustitución de lunas y los problemas para sumar reparaciones ante la ofensiva de Reparabrisas, filial de reparación de lunas de la red catalana, que no respetan la zona de influencia de cada taller como les prometió Joan Jordi Arsalaguet cuando firmaron como nuevo taller de la red.  

 

 

 

 

 

Esta situación está llevando al límite a muchos talleres franquiciados y un buen ejemplo es uno de los dos centros que tiene Ralarsa en la ciudad de León que ha anunciado su cierre tras solo tres años de actividad.  

 

 

 

 

 

El taller Ralarsa situado en una nave en la Avenida Alcalde Miguel Castaño abrió con valentía en plena época dura de la pandemia del coronavirus en noviembre de 2020 convencido por los ambiciosos números que le presentaron desde la central de la red catalana y ha echado el cierre tras una trayectoria de solo 32 meses.   

 

 

 

 

 

 

Con este cierre Ralarsa se encuentra con un grave problema en la ciudad de León, ya que su cobertura en la importante ciudad de la Comunidad de Castilla y León se reduce ahora a una solo centro.  

 

 

 

 

El taller leonés de Ralarsa se ha despedido con un mensaje corto en el que prefiere no referirse a la empresa y solo se refiere a sus clientes: "Agradecemos la confianza depositada en nosotros en estos casi cuatro años".