Viernes, 05 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 05 de Septiembre de 2025 a las 13:01:30 horas

Redacción Infoluna | 1355
Miércoles, 27 de Septiembre de 2023
En su época como mano derecha del despedido Joan Jordi Arsalaguet insistió en el uso de estas piezas aftermarket que los talleres denuncian que se "facturaban como si fueran Pilkington o Saint Gobain"

El inminente cierre de Glavista trae de cabeza al nuevo director general de Ralarsa

Glavista, antigua Guardian, deshoja las páginas del calendario a la espera de que llegue un milagro antes del 30 de septiembre y se pueda salvar la legendaria fábrica de cristalería del automóvil de Llodio. Todo apunta a que el 1 de octubre se iniciará la liquidación definitiva y se dirá adiós a 88 años de actividad.  

 

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Uno de los ejecutivos que más está sintiendo este final es Marco Moreno, nuevo director general de Ralarsa. El gestor de la red catalana tiene una intensa relación con la empresa vasca desde hace más de dos décadas y mantuvo una estrecha relación en los cinco años y medio que lleva ligado a la empresa catalana.  

 

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En 2018 Marco Moreno fue fichado por el ahora despedido Joan Jordi Arsalaguet para convertirse en su mano derecha. Una de sus principales aportaciones fue convencer al hijo del fundador de Ralarsa para que apostara por el material aftermarket de Guardian que luego pasó a denominarse Glavista.   

 

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Joan Jordi Arsalaguet abandonó el tradicional uso de vidrio procedente de china y Turquía para incrementar cada vez más las piezas del fabricante vasco. Marco Moreno fue el encargado de cerrar un acuerdo que supuso la salvación de un fabricante que caía en picado tras perder el prestigio de antaño.   

 

 

Los talleres franquiciados de Ralarsa nuca vieron con buenos ojos el uso de este material, ya que no consideraban que tuviera la calidad de fabricantes como Pilkington, AGC o Saint Gobain e incluso, lo veían lejos de otro fabricante puramente aftermarket como Nordglass.  

 

 

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Un exfranquiciado ahora en otra red nos explica que "a los talleres franquiciados se les vendían piezas de Guardian o Glavista a unos precios muy inflados. Ibas a ver la misma pieza en Pilkington o Saint Gobain en un distribuidor y muchas veces estaba más barata".   

 

 

El negocio de Ralarsa con Guardian y Glavista era redondo, ya que cerró un acuerdo muy beneficioso por el precio al adquirir un gran volumen de piezas y conseguía un gran margen al venderlas a sus franquiciados al estar obligados por contrato a adquirir el material a la central.  

 

 

A pesar de que Carey Group, la empresa propietaria de Ralarsa, quiere aumentar la calidad del material utilizado en la red, aún no se han cerrado acuerdos globales con fabricantes de primer nivel, por lo que de momento Marco Moreno debe buscar una alternativa a su amada Guardian-Glavista que tanto le ha dado en más de dos décadas.

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