Así evitaron durante años los Arsalaguet que sus cientos de trabajadores pudieran crear un comité de empresa que les defendiera

Los trabajadores tienen derecho a la sindicación y pueden participar en la empresa de diferentes maneras, como puede ser a través de los delegados de personal o de un comité de empresa. Este tipo de órgano representativo es un derecho de todos aquellos trabajadores que forman parte de una empresa que cuenta con un mínimo de 50 empleados. Contar con un comité de empresa también facilita diferentes gestiones relacionadas con el capital humano de la organización, además de aportar muchos otros beneficios.  

Sin embargo, para evitar este tipo de unión que defienda los trabajadores se puede utilizar un truco que manejó durante décadas la familia Arsalaguet y que le permitió vivir plácidamente y tomar decisiones sin apenas oposición laboral.  

Joan Albert Arsalaguet y su hijo Joan Jordi no querían dar apenas explicaciones a sus trabajadores y encontraron una solución muy útil pare evitar la creación de un comité de empresa que pudiera crearles dificultades y les hiciera frente ante ciertas decisiones que afectara a los trabajadores en forma de horarios, salarios u otros aspectos que pudieran perjudicar al trabajador. 

La manera en la que sortearon la posibilidad de tener enfrente un comité de empresa fue crear un largo listado de empresas en los que nunca llegaban a sumar 50 trabajadores, con lo que se libraban de que sus trabajadores estuvieran representados y así hacer y deshacer a su antojo.   

Los Arsalaguet llegaron a tener más de 100 talleres propios a los que había que sumar los empleados en su sede central en Barcelona. Para evitar que pudieran llegar a formar un comité de empresa que les apretara creó empresas como Ralarsa Holding, Ralarsa Expansión, Armelux, Armelux internacional, Vidriocar, Alboar, Cristal Coche, Bora Auto Cristal, Glass Supreme y Real Kitty.   

Esta tela de araña de empresas dedicadas al negocio de la cristalería del automóvil diseminó a los talleres de la red catalana y a sus trabajadores y convirtió las quejas de los trabajadores en algo muy personal y con poco recorrido. Evitó que los empleados tuvieran fuerza y permitió a los Arsalaguet dirigir con mano de hierro la empresa sin oposición interna de ningún tipo.  

La compra de Ralarsa por parte de Carey Group puede significar un cambio en las relaciones laborales entre trabajadores y empresa, ya que la empresa sueca busca una relación más cercana y sana con sus empleados.   

Ya veremos...