"No sé en el resto de España pero en Barcelona los concesionarios se están poniendo las pilas con la calibración porque se la pagan como mínimo al doble que a nosotros"

Los siniestros de lunas en España van a dos velocidades muy claras. Una la protagonizan los talleres de cristalería del automóvil y la otra los talleres oficiales y de chapa que trabajan, en la mayoría de los casos, sin estar concertados con las compañías de seguros.

Mientras los talleres de lunas concertados cobran precios bajos por resolver los siniestros, en los talleres oficiales y de chapa se pasan facturas que, como mínimo, duplican a los de los especialistas de lunas.

un caso claro de esta disparidad de tarifas tan injusta la encontramos a través de la experiencia de un cristalero catalán que trabaja desde hace años con numerosos concesionarios de Barcelona que denuncia una situación "aún más sangrante" desde que se ha hecho necesario que se realicen calibraciones tras la sustitución del parabrisas.

"No sé en el resto de España pero en mi zona de Barcelona los concesionarios se están forrando con las calibraciones", nos señala este cristalero.

Este veterano cristalero explica cómo ha evolucionado su relación con los talleres oficiales en los dos últimos años: "Llevo mucho tiempo trabajando para los talleres oficiales porque pagan bien que un técnico especializado les cambia la luna. Te puedes llevar 100 euros limpios porque ellos meten 1.000 euros de factura, pero desde que se han multiplicado los coches con ADAS han disparado sus beneficios porque les llegan muchos coches nuevos".

La situación afecta de manera grave a los cristaleros porque "muchos de esos coches nuevos son trabajos que se han rechazado en un taller de lunas. Llegan al taller oficial y les meten otra factura con la calibración que comparada con las que podemos pasar nosotros de otro nivel".

El cristalero catalán asegura haber visto muchas facturas de calibración de "más de 200 euros. el perito la acepta sin rechistar mientras a nosotros nos discutes hasta 60 euros en muchos casos. Los concesionarios se han puesto las pilas y han visto que la calibración es un negocio redondo y aquí en Barcelona es raro que no hayan comprado una o dos máquinas de calibración".

Lo que no entiende este cristalero y la mayoría con los que hemos contactado es que "las aseguradoras sigan sin atender un problema grave como es que le escapen cada vez más coches nuevos de los talleres de lunas porque entre el cambio de la luna y la calibración no les baja la factura de 1.000 euros. No tiene sentido que sigan sin aplicar un coste medio con coches nuevos y no una general como tenemos ahora. Si quieren que se forren los concesionarios lo están haciendo de lujo".