"Si tenía alguna duda sobre seguir o no en Glassdrive a partir de octubre, con lo que llega desde Avilés ya lo tengo claro..."

El cese fulminante de la actividad empresarial de una fábrica de la trayectoria y el prestigio internacional de la de Sekurit en Avilés supuso un shock entre los 160 trabajadores de la instalación pero sus efectos han ido mucho más allá.

 

 

 

La decisión de cerrar la legendaria fábrica asturiana se tomó desde la central de la multinacional en París tras dos años malos y una perspectiva de futuro negativa. Se trata de una solución traumática que deja claro que en el gigante francés está vigilando de cerca negocios en España que desmontará sin titubear demasiado si los números no son acordes a lo esperado.

 

 

 

Entre los negocios que va a vigilar muy de cerca la central de Saint Gobain está la red de talleres de Glassdrive, una división de la empresa que no termina de convencer por su errática evolución en los últimos años.

 

 

INFOLUNA ha recibido llamadas de varios franquiciados de la red francesa para preguntar sobre la situación en la que se encuentra la red y resolver las dudas sobre su futuro. Desde este periódico hemos tranquilizado a estos profesionales que no están convencidos de la viabilidad de este proyecto y les hemos transmitido la ausencia actual de planes para desmontar la red.

 

 

 

Sin embargo, los franquiciados de Glassdrive viven desde hace dos semanas en un estado de nerviosismo creciente y no dejan de llamar en masa a la central para saber si deben o no estar tranquilos ante el futuro.

 

 

Glassdrive España se encuentra en un momento decisivo ya que dentro de cinco meses se activa el plazo de renovación del contrato de tres años de vinculación de más de 100 talleres pero la situación actual está generando enormes dudas entre los cristaleros que se enfrentan a esta renovación. "Si tenía alguna duda sobre seguir o no en Glassdrive a partir de octubre, con lo que llega desde Avilés ya lo tengo claro...", nos confiesa un veterano cristalero.

 

 

El cierre de Sekurit Avilés no solo ha llevado a que decenas de franquiciados llamen a las oficinas centrales de Glassdrive en Madrid, sino que ha disparado las llamadas a otras redes para conocer las posibilidades de cambiar de colores en los próximos meses.

 

"Reconozco que me estaba pensando lo de llamar a otra red para ver cuáles son sus condiciones pero creo que ya es necesario hacerlo porque no veo mucho futuro a Glassdrive", afirma un cristalero muy descontento con la gestión de la red francesa y temeroso de lo que puede pasar en el futuro.