"Le digo al perito que está jugando con el pan de mi hijo, se gira enloquecido, me da un empujón y sin media palabra me empieza a propinar puñetazos"

David Enrique, propietario del Taller J. Enrique en Granollers (Barcelona), cuenta en el canal de youtube de Vagindauto una situación insólita que vivió en su negocio y que le hizo visitar urgencias e ir a juicio tras ser agredido por un perito de seguros que perdió los papeles y le apalizó.

Este es su relato de los hechos:

Vino un perito a mi taller, hizo una valoración ficticia sin ningún baremo con los que se trabaja ahora y le dije que con esos precios no se puede trabajar y me dijo, pues muy bien, haz el presupuesto tú, se lo presentas al cliente y luego a la compañía de seguro sy si te lo aceptan pues lo arreglas y tan amigos.

Se lo mandamos a la aseguradora y nos responde que el presupuesto es más caro que el hecho por el perito y que tienen que mandar el coche a un taller colaborador. A mí me costaba dinero hacer esa reparación con esos precios del perito.

El perito llega a mi taller me dice que no atiendo a razones , se da media vuelta, le digo que me está jodiendo y quitándome el pan de mi hijo y se gira enloquecido, me da un empujón y sin media palabra me empieza a propinar puñetazos, no doy crédito a lo que está haciendo,  me noquea en el suelo, en el suelo me patea y cuando me está pateando se cae al suelo y lo pueden separar, si no me pisa la cabeza y no sé qué hubiera pasado, a lo mejor no estaba aquí.

Le tuvieron que separar entre tres personas mientras me decía que me iba a matar. Al levantarle le dije si estaba loco y le falté al respeto. Antes nunca le había insultado, ni una mala forma ni nada...

No doy crédito, en el juicio lo dije, que no entendía porqué se puso a darme golpes por un presupuesto que no le afectaba en nada.

Trabaja para un gabinete que a su vez trabaja para una gran compañía. Hablé con su jefe para que no pasara jamás esa persona y al día siguiente vino su jefe a mi taller y me dijo que no había sido para tanto. Le dije que me había dado una paliza, que no era un empujón y le enseñé el vídeo de la agresión. Me dijo que se le había ido la olla y yo le dije que le había denunciado. él me dijo que me equivocaba. No vi mucho arrepentimiento por parte de su jefe en ese momento. Mas tarde si vino a disculparse y me pidió que quitara la denuncia pero ya no había marcha atrás. si hubiesen demostrado algo de arrepentimiento podría haberse parado pero no pasó.

Aún no me creo lo que pasó, que el perito estuviese dándome puñetazos. Fui a urgencias y me pusieron collarín, me recetaron voltarem y tuve que ir a fisioterapia para tratar el cuello y la espalda porque no estaba bien.

Lo que no me explico es que este señor sigue peritando en un taller muy cerca del mío y yo voy aterrado porque no sé si esta vez le va a dar por atropellarme si se le va la cabeza otra vez.

En el juicio su abogada me dijo que tenía suerte porque con la envergadura de su cliente y lo que sabía para pegarse podía haberme hecho mucho más daño.

La verdad es que es una experiencia nueva desagradable en la que ha habido mucha angustia y nervios. Iba muy preocupado al juicio pero presenté muchas pruebas y se vio clarísimo que yo no le había hecho nada, ni se había despeinado ni le había insultado. Al final fue condenado por un delito leve de lesiones y una indemnización. Me alivia que me hayan dado la razón más que el dinero de la indemnización. Era algo evidente y ya estoy muy contento"